Renacido, dejé de insistirle en que fuera al médico. La dejé llegar a la etapa terminal, tomé los... скачать в хорошем качестве

Renacido, dejé de insistirle en que fuera al médico. La dejé llegar a la etapa terminal, tomé los...

#novela #lovestory #cdrama Historia 1: En 1991, a mi suegra le diagnosticaron cáncer de mama. Ignorando las objeciones de todos, gasté todos mis ahorros en su tratamiento. Eso le salvó la vida… pero nos dejó profundamente endeudados. Después, el compromiso de mi cuñado se rompió, y él echó toda la culpa sobre mí. “¡Si no hubieras malgastado todos los ahorros de mi mamá, ya habría tenido suficiente para la dote y me habría casado con Zelda!” Mi suegra se unió al ataque: “¡Debiste haber conspirado con el hospital y falsificado esos informes solo para estafarnos! ¡Eres una mujer sin corazón, ojalá te mueras!” Mi esposo, Clarence, había sido despedido. Incapaz de pagar las deudas, volcó su ira sobre mí: sus puños, sus patadas, su furia. “Si no fuera por tu egoísmo, no estaríamos así. Tú causaste esta deuda—tú la pagas.” Al final, todos conspiraron para matarme. Extrajeron mis órganos, los vendieron para saldar las deudas y usaron el dinero restante para financiar la boda de mi cuñado, viviendo felices para siempre. Cuando abrí los ojos de nuevo, era el mismo día en que a mi suegra le habían diagnosticado cáncer de mama. Historia 2: Después de renacer, evité sutilmente el contacto de Julian y reduje nuestros encuentros al mínimo. Dijo que la familia de Seraphina estaba pasando por una crisis y que debía quedarse con nosotros, así que le cedí mi habitación. Dijo que había problemas en la sucursal y debía irse de viaje de negocios por un mes, posiblemente perdiéndose el Festival de Primavera, así que preparé mi equipaje y viajé al país que siempre había soñado visitar. Dijo: “Sé razonable y deja de comportarte como una niña”, así que reprimí todas mis emociones y me convertí en la persona que él quería que fuera. Más tarde, desaparecí entre la multitud. Él me buscó desesperadamente por todo el mundo, sin saber que, cada vez que pasaba a mi lado, rozaba mis hombros sin reconocerme.