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7 países LATINOS que DEFENDERÍAN a COLOMBIA en una GUERRA En un hipotético conflicto bélico en Colombia, ¿estaría sola? La geopolítica sugiere que no. Varias naciones con fuertes intereses económicos y de seguridad en Bogotá intervendrían. Analizaremos hoy quiénes son estos aliados estratégicos que aportarían recursos y tropas. Pero presta mucha atención, porque el puesto número uno no es solo un amigo diplomático, es la potencia militar más grande de la historia y tiene una inversión multimillonaria que, bajo ninguna circunstancia, se permitiría perder. Destacando la presencia de una potencia militar histórica en cualquier conflicto armado. Mantente al día con las noticias de hoy para entender la dinámica de esta posible guerra y cómo afectaría a Perú y México. La defensa de la soberanía panameña es técnicamente imposible sin la existencia de una Colombia estable y fuerte en su frontera sur. Panamá carece de fuerzas armadas ofensivas constitucionales, lo que convierte a la nación colombiana en su primer y único muro de contención real ante amenazas continentales que provengan de Sudamérica. En un escenario bélico, Panamá entendería de inmediato que la caída de su vecino significaría el fin de su seguridad interna y una amenaza directa a la neutralidad y operatividad del Canal de Panamá, por donde transita una inmensa parte de la mercancía global. Por esta razón, su rol en la defensa de Colombia sería logístico y estratégico de alto nivel. La relación de defensa entre Ecuador y Colombia trasciende la simple diplomacia para convertirse en un asunto de supervivencia estatal para el gobierno de Quito. Ecuador intervendría activamente en la defensa de Colombia no solo por solidaridad, sino por la imperiosa necesidad de sellar su propio territorio ante el efecto dominó de la guerra. La inmensidad de la frontera amazónica que une a Perú y Colombia, con más de mil 600 kilómetros de ríos y selva densa, dicta que la defensa de uno es obligatoriamente la defensa del otro. La doctrina militar peruana y colombiana se ha alineado durante décadas combatiendo amenazas comunes en la selva. Si Colombia enfrentara una guerra, Lima entendería que el vacío de poder en la Amazonía resultaría en la creación de un santuario para el crimen organizado que amenazaría directamente la soberanía peruana. Aunque la distancia geográfica es considerable, Alemania juega un papel insustituible en la maquinaria de defensa colombiana. Como potencia industrial y militar europea, Berlín es el proveedor de la tecnología que mantiene operativa la fuerza disuasoria más estratégica de Colombia. En una guerra moderna, el suministro de repuestos de alta tecnología, sistemas de guía y mantenimiento avanzado es lo que decide el resultado de las batallas, y Alemania garantizaría que el equipo colombiano no deje de funcionar. Además, la influencia diplomática alemana dentro de la Unión Europea y la Organización del Tratado del Atlántico Norte sería el escudo político que Colombia necesitaría para evitar sanciones y conseguir financiación internacional para el esfuerzo bélico. Alemania defendería a Colombia para proteger la estabilidad de sus rutas comerciales en el Atlántico y para asegurar que un socio democrático clave en América Latina. La participación de México en la defensa de Colombia estaría motivada por una mezcla de protección de inversiones multimillonarias y seguridad nacional preventiva. Las grandes corporaciones mexicanas dominan sectores enteros de la economía colombiana, desde las telecomunicaciones hasta la industria de alimentos y la construcción; una guerra pondría en riesgo activos valorados en miles de millones de dólares que son vitales para el producto interno bruto mexicano. Brasil considera a Sudamérica como su zona de influencia natural y su doctrina geopolítica no tolera la inestabilidad prolongada en sus fronteras, especialmente en la delicada cuenca amazónica. Al compartir más de mil 600 kilómetros de territorio selvático, Brasilia vería cualquier ataque a Colombia como una amenaza directa a su soberanía sobre la Amazonía y a sus proyectos de integración regional. Defender a Colombia es, para Brasil, la única forma de mantener a potencias extra continentales fuera de su patio trasero y asegurar su liderazgo indiscutible en la región, una guerra no seria opción. La defensa de Colombia por parte de Estados Unidos no es una opción, es una obligación estratégica consolidada por décadas de inversión financiera y militar. Washington ha invertido más recursos en la profesionalización y equipamiento de las fuerzas armadas colombianas, convirtiendo a Colombia en su pivote de seguridad en la región y en su único Socio Global de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en Latinoamérica. Perder a Colombia en una guerra significaría para Estados Unidos ceder el control geopolítico de Sudamérica ante potencias rivales como Rusia o China, algo inaceptable para el Pentágono. #guerra #américalatina #conflictoarmado