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Hyundai Kona y Kia e-Niro: el fallo endémico que un buen mantenimiento puede prevenir Los vehículos eléctricos suelen presentarse como casi “libres de mantenimiento”, pero la realidad mecánica es diferente. En modelos como el Hyundai Kona Eléctrico y el Kia e-Niro, se ha detectado un problema endémico en los elementos bañados por aceite: principalmente la reductora y los rodamientos asociados al motor eléctrico. Con el tiempo, el aceite pierde propiedades, aparecen limaduras metálicas y, si no se renueva a tiempo, estas partículas circulan por el sistema. El resultado es desgaste prematuro, ruidos, pérdidas de eficiencia y, en casos graves, la necesidad de sustituir la reductora o incluso el conjunto motor. Por qué ocurre Diseño original poco pensado para mantenimientos: las marcas no incluyen el cambio periódico de aceite en sus planes estándar. Aceite contaminado: las limaduras metálicas que genera el propio desgaste se mantienen en el circuito. Envejecimiento del lubricante: al no estar previsto un reemplazo, el aceite pierde viscosidad y capacidad protectora. La solución: mantenimiento preventivo Un simple cambio de aceite más asiduo en estos componentes puede alargar de forma muy significativa la vida útil del vehículo. Con un programa preventivo adaptado (por ejemplo, cada 60.000 km o menos según uso), se minimizan los riesgos del fallo de diseño y se evita una reparación que puede superar varios miles de euros. Resumen El Hyundai Kona y el Kia e-Niro comparten un fallo de diseño endémico en los elementos bañados por aceite. Aunque las marcas no lo contemplen en sus planes oficiales, un mantenimiento preventivo de la reductora y motor, con cambios periódicos de lubricante, atenúa el problema y protege la inversión del usuario.