EL JEFE QUEDÓ PARALIZADO AL ESCUCHAR A LA EMPLEADA DE LIMPIEZA TOCAR LA CANCIÓN DE SU HIJA PERDIDA.. скачать в хорошем качестве

EL JEFE QUEDÓ PARALIZADO AL ESCUCHAR A LA EMPLEADA DE LIMPIEZA TOCAR LA CANCIÓN DE SU HIJA PERDIDA..

EL JEFE QUEDÓ PARALIZADO AL ESCUCHAR A LA EMPLEADA DE LIMPIEZA TOCAR LA CANCIÓN DE SU HIJA PERDIDA... La tarde caía sobre la mansión Montero como caía todos los días: despacio, sin prisa, como si el tiempo mismo se hubiera cansado de pasar por ese lugar. Fernando Montero caminaba por los pasillos vacíos de su casa, y el sonido de sus zapatos contra el mármol era lo único que rompía el silencio. Un silencio pesado, de esos que duelen en el pecho. Tenía cincuenta y cinco años, pero se sentía mucho mayor. El espejo del pasillo se lo recordaba cada mañana: las canas que habían invadido su cabello negro, las arrugas profundas alrededor de sus ojos, la mirada cansada de alguien que dejó de buscar hace mucho tiempo. Pero no dejó de buscar por falta de ganas. Dejó de buscar porque ya no le quedaban lugares donde mirar. Se detuvo frente a la puerta de la sala principal. Siempre se detenía ahí. Siempre dudaba antes de entrar. Y siempre, al final, entraba de todas formas.