A sus 80 años, José Luis Perales Rompe el silencio dejando al mundo CONMOCIONADO скачать в хорошем качестве

A sus 80 años, José Luis Perales Rompe el silencio dejando al mundo CONMOCIONADO

A sus 80 años, José Luis Perales Rompe el silencio dejando al mundo CONMOCIONADO A sus 80 años, José Luis Perales se atrevió a confesar algo que pocos esperaban oír: "Nunca quise ser cantante." Lo suyo era la composición, el arte de escribir en silencio, lejos del bullicio y los reflectores. Y sin embargo, terminó convirtiéndose en la voz de millones. Con más de 55 millones de discos vendidos y cientos de canciones en su haber, Perales se volvió un ícono de la balada romántica, a pesar de que el escenario jamás fue su lugar soñado. Desde joven, la timidez fue su compañera más constante. A los 16 años, encerrado en su habitación de estudiante, compuso “Niebla” sin imaginar que sería el primer paso de una carrera legendaria. Su mayor anhelo era que otros interpretaran sus letras. Y así fue: artistas como Miguel Bosé, Camilo Sesto, José Feliciano o la mismísima Lola Flores dieron vida a sus creaciones. Para él, eso era suficiente. Pero el destino, como siempre, tenía otros planes. Cuando conoció a Rafael Trabucchelli, un productor con olfato infalible, comenzó el giro inesperado. Trabucchelli no solo vio a un gran compositor; vio a un artista integral. Y lo empujó, casi a la fuerza, a grabar sus propias canciones. Perales aceptó con miedo, esperando que su primer disco pasara desapercibido. Sin embargo, apenas dos semanas después, “Celos de mi guitarra” escaló al número uno. Ya no había escapatoria. Así nació, casi por accidente, el cantante que marcaría una era. Su voz, tan sincera como frágil, se volvió himno en canciones como “¿Y cómo es él?”, “Te quiero” y “Un velero llamado libertad”. Lo irónico es que su éxito más emblemático, “¿Y cómo es él?”, fue escrito originalmente para Julio Iglesias. "Nunca sentí que esa canción fuera mía," confesó Perales alguna vez. Pero aunque el público lo amaba, el miedo nunca se fue. Cada noche antes de subir al escenario, lo invadía la ansiedad. Dudas, insomnio, nervios. “¿Me gustarán esta vez?”, se preguntaba. El aplauso, al final, era el único bálsamo. "Solo cuando los veo emocionarse, logro calmarme un poco." Pero actuar nunca fue su estado natural. Por eso, en 2022, tras casi medio siglo de carrera, decidió despedirse. Llamó a su última gira “Baladas para una despedida”, un homenaje poético al cierre de un ciclo que lo llevó por España, América Latina y Estados Unidos. En Argentina —el país que le dio su primer disco de oro en 1974— se despidió con tres conciertos inolvidables. Sin embargo, lo que lo llevó a retirarse no fue la edad ni el agotamiento, sino una nostalgia más íntima: el deseo de recuperar su tiempo, su infancia, su esencia. "Quiero escribir novelas, estar con mis nietos, volver a la calma. Tengo mucho que contar, pero ya no desde el escenario." Ahora, vive a pasos de su familia, en esa serenidad que tanto anheló desde joven. El hombre que nunca quiso cantar, finalmente ha vuelto a su rincón favorito: la soledad creativa. “Los empecé a echar tanto de menos…” confesó Perales, refiriéndose a los suyos. Mientras muchos artistas temen apagar las luces del escenario, él las apagó con gusto. “Soy un caso raro,” admitió entre risas. “La mayoría de mis colegas siente que jubilarse es morir. Yo, en cambio, lo he deseado durante años.” Nunca se sintió cómodo en el centro de atención. Las fiestas lo aburrían, los focos lo incomodaban y la fama le resultaba ajena.