Templo Shobogenji - Campo 2013 - Ordenaciones BS скачать в хорошем качестве

Templo Shobogenji - Campo 2013 - Ordenaciones BS

UN SUSURRO EN SHOBOGENJI Quizás lo que más recuerde con veneración de Shobogenji, Sea cuando terminado el zazen, Después del humilde gassho de despedida Ante el altar de los Patriarcas, Y uno salga y se calce los pies Para dejar prestamente el Dojo, Y después que se atraviese con los monjes Que acompañan hasta su casa al Maestro, Uno emprenda silenciosamente El camino que conduce a su carpa, Dichoso porque ha tocado el Espíritu. Atrapado en las pequeñas pintitas De las flores que bordean el camino O en el agitado aleteo de los colibríes, Entre yerbas y matorrales, Uno siente lo hermoso Que es detener al mundo. Qué queda entonces después del zazen? Las pequeñas pintitas de las flores Que bordean el camino, Y el agitado aleteo de los colibríes, Entre yerbas y matorrales. Uno podría decir, Que queda la fragancia Del encuentro con la luz de los cielos, El traspaso de las dimensiones Más arriba y más abajo, Pero eso es también, sin dudas, La insondable impresión que tejen, Las pequeñas pintitas de las flores Que bordean el camino, Y el agitado aleteo de los colibríes, Entre yerbas y matorrales, Cuando uno emprende silenciosamente El camino que conduce a su carpa. Uno podría elevarse Más allá de la montaña A asir nubes, y rayos de sol y luna, Pero eso es también, sin dudas, Tan grandioso y sublime, Como el armónico cuadro que pintan, Las pequeñas pintitas de las flores Que bordean el camino, Y el agitado aleteo de los colibríes, Entre yerbas y matorrales, Cuando uno emprende silenciosamente El camino que conduce a su carpa. La luz de los cielos traspasando las dimensiones, El copioso llanto de las nubes sobre la montaña, Y los fructíferos rayos de sol y luna Sosteniendo en delicada vida, A pequeñas pintitas de flores Que bordean el camino, E impulsando agitados aleteos de colibríes, Entre yerbas y matorrales, Cobijan el suave aliento Que brota de mis pulmones y de mi alma, Y deslizan tímida esta pequeña lágrima Que silente al viento me acompaña, Cuando emprendo enternecido El camino que conduce hacia mi carpa.