У нас вы можете посмотреть бесплатно Sonatina, poema de Rubén Darío. Declama Gabriel Alexander Garrido. или скачать в максимальном доступном качестве, видео которое было загружено на ютуб. Для загрузки выберите вариант из формы ниже:
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Sonatina es el regalo que Rubén Darío le dio a la humanidad; esa es mi opinión. Pese a que es algo subjetivo, se puede argumentar que es su Opus Mágnum. Leer este poema es como atravesar un espejo mágico hacia otro mundo, poblado de dragones, de bufones y de princesas que viven en castillos ancestrales. Desde el primer verso, la obra nos invita a dar un paseo por estos lugares, “La princesa está triste… ¿Qué tendrá la princesa?” La imagen de la triste joven rodeada por lujos inimaginables nos recuerda que la riqueza material no es garantía de felicidad. El poema es una de las obras más relevantes del movimiento Modernista que impulsó Rubén Darío. La obra modernista posee sonoridad, colores y elementos exóticos. Los cisnes y los pavorreales son animales a menudo presentes en este tipo de obras. De forma similar, otros elementos majestuosos como el palacio, la silla de oro, la rueca de plata, el bufón escarlata, el cielo de Oriente, la jaula de mármol… sirven para darle vida a las metáforas que describen la problemática de la historia. Según el poema, la llave de la felicidad es el amor, que aparece en la forma de un pretendiente. La princesa quizá intuye esto, y es por ello que su pensamiento viaja a regiones lejanas donde viven príncipes extranjeros con quienes podría alcanzar la felicidad. La lejanía del amor infiere lugares exóticos, los cuales son elementos presentes en las obras modernistas. De esta manera los versos describen al “príncipe de Golconda o de China…” o “…el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz.” El poema concluye con un destello de esperanza. La figura del hada madrina le informa a la princesa que su pesadumbre es temporal. El caballero que se acerca en un caballo alado simboliza la posibilidad de amar en un futuro. Los sentimientos imponen su importancia sobre el mundo material. El último verso, al igual que tantos cuentos de hadas, culmina con la imagen de un beso de amor. Declama Gabriel Alexander Garrido desde La Universidad de Mississippi. La música de fondo es "Laying In Bed" de Borrtex. La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave sonoro; y en un vaso olvidado se desmaya una flor. El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales. Parlanchina, la dueña dice cosas banales, y, vestido de rojo, piruetea el bufón. La princesa no ríe, la princesa no siente; la princesa persigue por el cielo de Oriente la libélula vaga de una vaga ilusión. ¿Piensa acaso en el príncipe del Golconsa o de China, o en el que ha detenido su carroza argentina para ver de sus ojos la dulzura de luz? ¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes, o en el que es soberano de los claros diamantes, o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? ¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, tener alas ligeras, bajo el cielo volar, ir al sol por la escala luminosa de un rayo, saludar a los lirios con los versos de mayo, o perderse en el viento sobre el trueno del mar. Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. Y están tristes las flores por la flor de la corte; los jazmines de Oriente, los nulumbos del Norte, de Occidente las dalias y las rosas del Sur. ¡Pobrecita princesa de los ojos azules! Está presa en sus oros, está presa en sus tules, en la jaula de mármol del palacio real, el palacio soberbio que vigilan los guardas, que custodian cien negros con sus cien alabardas, un lebrel que no duerme y un dragón colosal. ¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! (La princesa está triste. La princesa está pálida) ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe (La princesa está pálida. La princesa está triste) más brillante que el alba, más hermoso que abril! ¡Calla, calla, princesa dice el hada madrina, en caballo con alas, hacia acá se encamina, en el cinto la espada y en la mano el azor, el feliz caballero que te adora sin verte, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, a encenderte los labios con un beso de amor!