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Borja Nieto convierte su pasión en montajes artesanales llenos de simbolismo y tradición. Son centenares los belenes que se pueden visitar estos días, algunos de ellos fruto de meses de trabajo y preparación. Conocemos a un belenista que lleva más de una década dedicado de forma profesional a las figuras y a todo lo que las rodea, con secretos y costumbres que nunca se salta. Se llama Borja Nieto y su afición comenzó en la infancia, cuando montaba el belén de casa junto a su padre. “Al inicio con Playmobil, luego con figuritas de bazar y luego di el salto a lo grande”, recuerda. Desde hace 15 años instala belenes de manera profesional. Uno de los ejemplos puede verse estos días en la Fundación Tatiana, en la capital abulense. Allí se encarga de toda la escenografía: construcciones, puestos de mercado y miniaturas. Todo elaborado a mano. Se trata de un belén en el que la tradición judía y árabe tiene un peso destacado y un contexto muy cuidado. “Yo al inicio pongo un nombre al belén y, a partir de ese nombre, empiezo a imaginarme la historia que quiero contar en base a la historia principal, que es el nacimiento del Rey de Reyes. En este caso, ‘Tierra de Abraham’”, explica. En su colección asegura contar con unas 250 figuras procedentes de talleres artesanales de España e Italia. Eso sí, hay una figura que nunca coloca dentro del portal: el buey. “Sí que lo vamos a encontrar en los belenes que instalo y en este también, pero no dentro. Va camino al portal y simboliza el regalo o préstamo que el pueblo hebreo hace al niño”, detalla. Hay además dos figuras que siempre están presentes en sus instalaciones: la de su padre y la suya propia. Tras un año entero de trabajo, Borja solo espera una cosa del público: que salga con una sonrisa y con ganas de volver.