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Fimosis congénita, adquirida, completa, relativa: ¿cuáles son las diferencias?

La fimosis es una afección médica que se caracteriza por la dificultad o incapacidad para descubrir el glande del pene debido a un prepucio tenso. Esta afección puede clasificarse en varias categorías: congénita, adquirida, completa y relativa. La fimosis congénita está presente desde el nacimiento y se debe a la falta de elasticidad del prepucio. En algunos casos, el prepucio puede estar tan tenso que impide completamente la salida del glande. La fimosis congénita es relativamente frecuente en bebés y niños, pero tiende a resolverse por sí sola con el tiempo sin necesidad de intervención médica (fimosis congenita). Por otro lado, la fimosis adquirida puede desarrollarse en la edad adulta como resultado de una inflamación o infección del prepucio. Esto puede provocar un engrosamiento de la piel, haciéndola menos elástica y difícil de retraer. La fimosis adquirida puede aparecer a cualquier edad y suele estar asociada a afecciones como la balanitis, una inflamación del glande. Existen dos niveles de gravedad de la fimosis: completa o relativa. La fimosis completa es aquella en la que el prepucio está tan apretado que el glande está completamente obstruido. Esto puede causar problemas al orinar o durante las relaciones sexuales. La fimosis relativa, por otro lado, se produce cuando el prepucio puede retraerse en parte, pero sólo hasta cierto punto. En este caso, el prepucio puede causar molestias o dificultades durante la erección o la limpieza del pene. La fimosis, ya sea congénita o adquirida, completa o relativa, puede curarse mediante cirugía de circuncisión o mediante Phimostop, un dispositivo médico que trata la fimosis sin necesidad de cirugía, mediante la dilatación progresiva del anillo fimótico. En conclusión, la fimosis puede clasificarse en diferentes categorías, dependiendo de la gravedad y las características de la afección. Es importante destacar que un diagnóstico adecuado requiere observación clínica y consulta con un profesional médico si se sospecha de fimosis o si se experimentan síntomas como dificultad para retraer el prepucio, dolor o inflamación. Un profesional médico podrá proporcionar un diagnóstico preciso y recomendar el tratamiento más adecuado para tratar la fimosis.