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Valle de Altomira, Cuenca

Pueblo de la Comarca de la Alcarria formado por las localidades de Garcinarro, Jabalera y Mazarulleque, unidas por su carretera comarcal. En Garcinarro encontramos la iglesia de Nuestra Señora del Sagrario, joya de su patrimonio, ha sido declarada B.I.C por ser uno de los mejores ejemplos de arquitectura de transición entre el gótico y el renacimiento del siglo XVI. Exteriormente destaca su torre inacabada y sus dos portadas, una a medio camino entre el plateresco y el purismo; y la otra a los pies del templo de construcción posterior y estilo barroco. Su interior es de lo más bello que el turista podrá contemplar en la provincia. Una soberbia iglesia columnaria con planta de salón y tres naves cubiertas de magníficas bóvedas estrelladas. Alrededor de toda la iglesia se extiende una cornisa con una barandilla de forja que simula un balcón corrido que recorre el templo. A los pies, el coro y la capilla bautismal con una hermosa pila renacentista. Su principal obra pictórica es La Adoración de los Pastores de Ribera. Garcinarro también cuenta con un bonito Ayuntamiento ubicado en una antigua casa solariega. La planta baja conserva unos hermosos soportales con arcos de medio punto y en la superior tenemos un balcón central y el reloj municipal. Jabalera, a 8 km de la anterior, nos sorprenderá con otra iglesia, la de Santa María la Mayor que conserva una magnífica torre del siglo XVI, curiosamente situada en la cabecera; y un porche herencia de los pórticos románicos tan comunes en Guadalajara y Segovia. En este pueblo encontrará también una interesante muestra de arquitectura civil en sus casonas y el rollo de la plaza. Por último, el tercer pueblo que integra el Valle de Altomira, Mazarulleque, obsequiará al visitante con su interesante conjunto urbano formado en torno al cerro de La Muela. Sus calles y casas se fueron adaptando a la topografía de la zona y se abrieron en ella cuevas y otro tipo de construcciones blasonadas y tradicionales.Destacamos entre ellas la casa fuerte de La Muela, un ejemplo único en la provincia de casa de labranza fortificada. Está formada por un conjunto de dependencias en torno a un patio entre las que destaca la cuadra con el granero. Este edificio tiene dos plantas comunicadas por un pasadizo y está enrasado en la roca contando con pequeñas ventanas. Abajo están las cuadras, cubiertas por bóvedas de arista estucadas con motivos geométricos; y arriba el granero, cubierto por una estructura de madera. Rematan las dependencias de esta casa de labranza el palomar y varias cuevas.