TÁRREGA: El gran salto de la guitarra moderna. скачать в хорошем качестве

TÁRREGA: El gran salto de la guitarra moderna.

Entre el final del siglo XIX y comienzos del siglo XX, la guitarra vivió un salto paradigmático con la figura de Francisco Tárrega. Considerado "el sensibilizador de la guitarra moderna", Tárrega creó la técnica del siglo 20 y le dio a la misma interés como instrumento de concierto, ampliando los recursos armonico-polifónicos que ésta ofrece en cuanto a tesitura, dinámica, textura y timbres. Según Regino Sainz de la Mazza, Tárrega fue para la guitarra lo que Paganini fue para el violín. Este video reúne algunas curiosidades en torno a la figura de Tárrega. Homenajes y guiños a su obra, el dilema de la uña y la yema, testimonios de personas cercanas y queridas, su generosidad para enseñar, el legado: La escuela razonada de la guitarra. Testimonios de Regino Sainz de la Maza, Emilio Pujol, Josefina Robledo, Apeles Mestres. Obras famosas como recuerdos de la Alahambra, uno de los grandes himnos de la guitarra o capricho árabe se han versionado en distintos estilos a lo largo de la historia. Hoy podemos encontrar curiosas versiones como la de la banda española de los años 60. Los Relámpagos. La canción "Alguien" de Silvio rodriguez, que homenajea uno de sus más famosos preludios: Lágrima. Pero también en el cine hay uso de su obra. Para película Los gritos del silencio de 1984, Mike Olfield graba una versión muy particular de capricho árabe y la utiliza durante los créditos. En “El amor en los tiempos de cólera”, aparece la canción: "Hay amores", de la cantante Shakira, en la que toda la instrumentación está basada en Capricho árabe Pero sin dudas, quien se encargó de poner en los bolsillos de millones de personas un poquito de Tárrega fue el viejo Nokia 1100 el teléfono móvil más vendido de la historia. Años después del fallecimiento del gran guitarrista, su hermano Vicente comentaba lo siguiente en una nota que recogió El Heraldo de Castellón del 15 de septiembre de 1934, coincidiendo con el 25 aniversario del fallecimiento de Tárrega. "uno de los éxitos más grandes obtenidos por mi hermano [...] fue en un festival celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Tomaban parte las máximas notabilidades de la época: Albéniz, Chueca, Chapí... Mi hermano también fue incluido en el programa. La gente se mostraba indignada por esto. Poco más o menos, venían a decir: en un acto de esta envergadura ¿cómo es posible que nos hayan colocado a la trágala a un infeliz guitarrista, desconocido además? Pero apenas escucharon a mi hermano cambiaron de opinión. Estaban asombrados del arte maravilloso que salía de aquella guitarra. Y las ovaciones fueron frenéticas y delirantes. Entonces ya no pedían otra cosa sino que continuara Tárrega. A partir de aquel día se le abrieron todas las salas y todos los públicos se le rindieron, y los críticos establecieron un pugilato de alabanzas en su honor. Más allá de la vasta obra de Tárrega como transcriptor, ampliando significativamente el repertorio para guitarra y por supuesto de sus enormes composiciones que son parte de la literatura obligada de cualquier conservatorio, el maestro tenía una enorme vocación por enseñar. Le gustaba atender incluso a todo aquel aficionado a la guitarra que se le acercara. Amigos, mecenas, familiares o gente sencilla, a los que disfrutaba escuchando porque tocaban sin desvirtuar la música, con la ingenuidad, la sinceridad y la honradez artística del novato, según algunos testimonios: A todos ellos, Tárrega aplicaba una enseñanza personalizada, de manera que según las carencias y necesidades de cada alumno, el maestro indicaba las rectificaciones sobre la interpretación, recomendaba unos determinados ejercicios de mecanismo o los estudios técnicos pertinentes que él mismo se encargaba de escribir. El legado de Tárrega es inmenso. No solo elevó a la guitarra como instrumento de concierto, sino que además amplió el repertorio, con sus transcripciones de obras clásicas, compuso algunas de las piezas guitarrísticas más emblemáticas de la historia y creó una nueva escuela: La técnica guitarrística del siglo 20. Aunque el maestro no dejó ningún escrito con su método, esta tarea fue asumida por su más ferviente discípulo, Emilio Pujol, quien a lo largo de su vida editó en varios volúmenes la escuela razonada de la guitarra.