У нас вы можете посмотреть бесплатно Regresé a casa de la clínica, cansada y sola, al abrir la puerta me desplomé ante lo que vi dentro. или скачать в максимальном доступном качестве, видео которое было загружено на ютуб. Для загрузки выберите вариант из формы ниже:
Если кнопки скачивания не
загрузились
НАЖМИТЕ ЗДЕСЬ или обновите страницу
Если возникают проблемы со скачиванием видео, пожалуйста напишите в поддержку по адресу внизу
страницы.
Спасибо за использование сервиса ClipSaver.ru
Hay traiciones que te perforan el alma como una bala, dejando un agujero que nunca cicatriza completamente. Pero lo que ellos no sabían es que esos espacios vacíos pueden llenarse con algo mucho más peligroso que el amor: la sed de justicia. El sol de octubre se filtraba a través de las cortinas de lino blanco de nuestro apartamento en Brooklyn cuando llegué a casa esa tarde. Había sido un día brutal en el estudio de arquitectura. Tres reuniones con clientes difíciles, dos proyectos que amenazaban con cancelarse, y una presentación que había durado cuatro horas porque el cliente no podía decidir entre mármol italiano o granito brasileño para los pisos de su mansión en los Hamptons. Todo lo que quería era llegar a casa, abrazar a mi esposo Derek, y tal vez pedirle a mi hermana Bianca que viniera a cenar para contarnos sus últimas aventuras como fotógrafa freelance. Bianca siempre tenía historias divertidas que nos hacían reír hasta que nos dolía el estómago. Subí los tres pisos hasta nuestro apartamento, cargando mi portafolio de cuero marrón que Derek me había regalado cuando obtuve mi primer trabajo importante. Mis tacones resonaban contra los escalones de madera, un sonido que normalmente me relajaba porque significaba que estaba llegando a mi santuario, mi hogar. Pero cuando introduje la llave en la cerradura y empujé la puerta, el sonido que escuché del otro lado me heló la sangre. No era el televisor. No era música. Era algo mucho más íntimo, mucho más devastador. Derek estaba riendo. Esa risa profunda y ronca que había escuchado miles de veces, pero que ahora sonaba diferente. Más libre, más... feliz de lo que había sonado conmigo en meses. Y luego escuché otra risa. Una risa que conocía desde que era niña, que había escuchado en Navidades familiares, en cumpleaños, en vacaciones de verano. La risa cristalina de Bianca, pero ahora tenía un tono coqueto que nunca había notado antes. Mi portafolio se resbaló de mis dedos entumecidos y golpeó el suelo del vestíbulo con un ruido sordo que pareció resonar para siempre. Pero ellos no lo escucharon. Estaban demasiado ocupados destruyendo mi mundo. Inspirado por: I Came Home From The Clinic, Weary And Alone—Then Opened The Door And Collapsed At What I Saw Inside