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El hayedo de Tejera Negra, es uno de los tres hayedos más meridionales de España y de Europa, junto con el de la Pedrosa (Segovia) y el de Montejo (Madrid) los tres en el Sistema Central, dentro del macizo de Ayllón. Un bosque imprescindible para visitar, especialmente en otoño. Una joya botánica que estuvo punto de desaparecer, pues sufrió a mansalva los efectos de la tala para producir carbón, salvándose sólo las zonas más inaccesibles: “solo se salvaron las del barranco del Paraíso, que era el más inaccesible; por eso hay hayas con más de cien años de antigüedad”, cuenta un lugareño; por lo que una buena parte de la superficie actual son hayas jóvenes “rebrotes de las que talaron". Y es que hubo "lumbreras forestales empeñados en cambiar el hayedo por pinar". ¿Y por qué, tratándose de un hayedo, se llama Tejera Negra? Porque, donde hoy hayas y otras especies, sobre todo robles, en su día hubo una buena masa de tejos, que hoy se cuentan con los dedos de una mano. El hayedo de la Tejera Negra está dentro del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, en la Comunidad de Castilla la Mancha, y con sus 1.641 hectáreas es el mayor bosque de hayas del Sistema Central. Hayedos que son reliquias de la última glaciación: hace la friolera de 7.000 años, los bosques húmedos donde crecen las hayas, tuvieron que migrar hacia el Sur, llegando a establecerse, durante dos milenios, en la Península Ibérica. Después, cuando los hielos fueron retrocediendo hacia los Polos, los hayedos fueron replegándose hacia el norte y, en la Península Ibérica, fijaron su hábitat en nuestro septentrión: los húmedos valles del Pirineo y de la Cornisa Cantábrica. Hoy, en el Sistema Central, ya sólo sobreviven esas tres reliquias de aquellos hayedos que surgieron del frío. La orientación de esos valles o barrancos estrechos, rodeados de cumbres que llegan hasta los 2.000 metros, las abundantes nieblas y las nieves invernales que generan numerosos arroyos que humedecen el terreno, hacen posible el hayedo de Tejera Negra. Es como un milagro que haya podido sobrevivir a la acción del hombre; precisamente, el nombre de la ruta que recoge este vídeo, “Senda de Carretas”, indica que por la misma se transportaba, en carros, el carbón producido en el bosque tras tala de las hayas. Un punto importante de la senda “la Carbonera”, una estructura tradicional formada por pilas de leña cubierta de hojarasca y tierra que en el pasado era utilizada para obtener carbón, tras una combustión muy lenta que solía durar hasta diez días. El hayedo no es puro, convive con otras especies, destacando los robles melojos, los pinos silvestres, algún tejo, los acebos y los abedules. A la Tejera Negra se accede desde el pueblecito de Cantalojas (Guadalajara). Hay dos rutas principales para recorrerlo: la 'Senda de Carretas', de apenas siete kilómetros. Para acceder al hayedo en vehículo es obligatorio solicitar una reserva si queremos ir en coche hasta el aparcamiento donde comienza la ruta; el justificante de la reserva hay que presentarlo en el Centro de Interpretación, desde aquí hasta el aparcamiento hay 8 km por una pista, paralela al río Lillas. La otra ruta, más larga, diecisiete km, es la 'SENDA del ROBLEDAL'; para ésta no hay solicitar reseriva pues comienza en el mismo punto donde se encuentra el Centro de Interpretación (a dos km de Cantalojas) donde podemos dejar el coche. @HMBraulio #hayedo #tejeranegra