У нас вы можете посмотреть бесплатно 1936 08 15 Queipo de Llano, Franco y Millán Astray izan la bandera nacional en Sevilla. или скачать в максимальном доступном качестве, видео которое было загружено на ютуб. Для загрузки выберите вариант из формы ниже:
Если кнопки скачивания не
загрузились
НАЖМИТЕ ЗДЕСЬ или обновите страницу
Если возникают проблемы со скачиванием видео, пожалуйста напишите в поддержку по адресу внизу
страницы.
Спасибо за использование сервиса ClipSaver.ru
15 de agosto de 1936. Dos actos solemnísimos en Sevilla: la procesión de la Virgen de Los Reyes y el cambio de la bandera. Con inusitado esplendor, se celebraron, durante la mañana del 15 de agosto de 1936, los actos anunciados para ese día en Sevilla: la procesión de la Virgen de los Reyes y la sustitución de la bandera izquierdista, por la nacional gualda y roja. La procesión de la patrona de Sevilla empezó a organizarse desde las primeras horas de la mañana, pues era tal la afluencia de pueblo, que con varias horas de anticipación hubo que organizar las filas. La imagen fue vestida con el mejor de sus mantos, regalo de los creyentes sevillanos. Al aparecer en la puerta del templo, los vítores y el entusiasmo fueron indescriptibles. Acompañaban a la imagen el cardenal Ilundain, clero Catedral y parroquial de Sevilla, el general de la Brigada en representación de los militares, comandante de Marina, presidente de la Audiencia, gobernador civil, alcalde, rector de la Universidad, etcétera. Daban escolta fuerzas de Falange y requetés, uniformadas, con las bandas de música del hospicio provincial y del Regimiento de Infantería de Granada. El tránsito de la Virgen de los Reyes por las calles de la ciudad, fue algo que no puede describirse. En el balcón central del Ayuntamiento, presenciaron el paso con el general Queipo de Llano, muchos extranjeros, principalmente portugueses, que acudieron a los actos del día. Terminada la procesión se procedió a sustituir la bandera tricolor izquierdista, símbolo de lo que fue anti español, por la bicolor, que fue siempre la enseña de la Patria y que está por encima de los cambios de régimen. Cuando hubo terminado la procesión de la Virgen de los Reyes la multitud empezó a congregarse en la plaza de San Fernando para el solemnísimo acto de izar oficialmente la bandera roja y gualda en el Ayuntamiento. Poco después de las diez y media no se cabía materialmente en las dos plazas, entre las que se alzan las Casas Consistoriales. Todas las clases sociales, sin distinción de castas, se apiñaron materialmente para presenciar la restitución al pueblo español de la enseña inmortal: de la bandera roja y gualda, millones de veces bendita. En la plaza de San Fernando formaron con antelación representaciones de los diversos Cuerpos y milicias de la guarnición. Cuando las fuerzas iban entrando en la plaza para ocupar su puesto en formación, la multitud las ovacionaba entusiásticamente. Después de las diez y media fueron llegando las autoridades y el honorable Cuerpo consular. La entrada de los generales Queipo de Llano, Franco y Millán Astray en el Ayuntamiento fue acogida con aclamaciones inenarrables. Al asomarse los generales al balcón central del edificio, donde iba a izarse la enseña sagrada, estalló una ovación imponente. El instante fue de intensa emoción. En todos los ojos había lágrimas. Al acercarse al altavoz el general Queipo el público guardó un silencio impresionante. Las últimas palabras del general fueron apagadas por el clamor entusiasta de la multitud. Inmediatamente fue izada la bandera inmortal. En el momento de izarla en el balcón principal del Ayuntamiento, todas las fuerzas formadas presentaron armas mientras las músicas interpretaban el himno de Falange y el Viva España de la marcha de Cádiz. Al izarse la bandera el entusiasmo de la multitud fue indescriptible, desbordándose la multitud que coreaba frenéticamente los vivas a España gritados por el glorioso general Queipo de Llano. En este instante besaron frenéticamente la bandera los generales Franco, Queipo, el alcalde de Sevilla, señor Carranza, y el fundador de la Legión, general Millán Astray, al que se dieron muchos vivas. Seguidamente todo el público que llenaba la plaza prorrumpió en las siguientes exclamaciones: ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco!, queriendo significar con ello su homenaje al ilustre caudillo militar, salvador de España y fundador de una nueva Patria mejor. El pueblo, el verdadero pueblo, hoy Sevilla entera, que piensa y siente en español, pidió a Franco unas palabras. Seguidamente falangistas y balillas entonaron el himno de la Falange Española, coreado por el público, sucediéndose las ovaciones y vítores, que arreciaron al besar la bandera los generales y autoridades. Finalmente se organizó el desfile de las fuerzas con caracteres de verdadera apoteosis. Desfilaron ante la bandera nacional todas las fuerzas; infantería, caballería, artillería, ingenieros, sanidad, Intendencia, comunicaciones, marinos, Guardia Civil, asalto, Carabineros, tercio, regulares, requetés, Falange, milicias patrióticas y balillas, entre incesantes vítores y aplausos. Extremadura. 15 de agosto de 1936. ABC Sevilla. 16 de agosto de 1936.