Le Dije que se me Había Agotado el AMOR y que me Había ACOSTADO con mi Compañero Antes del DIVORCIO скачать в хорошем качестве

Le Dije que se me Había Agotado el AMOR y que me Había ACOSTADO con mi Compañero Antes del DIVORCIO

Le dije que dejé de amarlo, pero la verdad es que había estado hablando con mi compañero de trabajo durante meses antes del divorcio. ¿Conoces esa sensación, cuando te despiertas junto a alguien y, de repente, te preguntas cómo llegaste ahí? No en el sentido de una noche de locura, sino en el de, ¿cómo terminé en esta vida? Así empezó para mí. Soy Mariana, tengo 32 años, y hasta hace seis meses, pensaba que lo tenía todo resuelto. Santiago y yo habíamos estado casados durante cinco años, juntos por ocho, y nos conocíamos desde que éramos adolescentes. De novios en la secundaria a la pareja con la vida suburbana perfecta, o al menos, eso decía nuestro Instagram. Pero algo cambió el año pasado, y aún no logro identificar exactamente cuándo ocurrió el cambio. Probablemente fue cuando Antonio empezó a trabajar en nuestra oficina. Es el nuevo director de marketing, alto, realmente escucha cuando la gente habla, y tiene esa forma de mirarte que te hace sentir como si fueras la única persona en la habitación. Lo noté el primer día que regresé después de las vacaciones de Navidad. Santiago y yo acabábamos de tener otra cena en silencio, seguida de él perdiéndose en el sofá mientras yo limpiaba. Otra vez. El contraste, cuando Antonio me preguntó sobre mis ideas en nuestra primera reunión de departamento, fue... no sé, ¿intoxicante? Empezó con descansos para el café, solo compañeros de trabajo charlando, ¿verdad? Luego, mensajes por Slack sobre temas laborales que, de alguna manera, derivaban en conversaciones personales. Creé un chat separado en WhatsApp para nosotros, que mantuve bloqueado. No porque estuviera haciendo algo malo, me decía a mí misma, sino porque Santiago siempre exageraba las cosas. Cuando Antonio me escribió que había estado pensando en nuestra conversación todo el día, después de hablar sobre nuestros libros favoritos, sentí algo que no había sentido con Santiago en años. Comencé a encontrar razones para quedarme hasta tarde en la oficina, aceptando proyectos que sabía que implicaban colaborar con Antonio.