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La maldición de Tutankamón es una creencia popular según la cual toda persona que perturbe la paz de la tumba de un faraón egipcio morirá en poco tiempo. La leyenda se originó en 1922, cuando el arqueólogo Howard Carter descubrió la tumba intacta de Tutankamón, el faraón niño que gobernó Egipto durante el siglo XIV a.C. Poco después del descubrimiento, lord Carnarvon, el patrocinador de Carter, murió de una infección bacteriana en el sistema respiratorio. En los años siguientes, se produjeron una serie de muertes y desgracias entre los que habían estado involucrados en el descubrimiento de la tumba. Algunos de estos casos fueron realmente trágicos, como la muerte de cinco de los trabajadores que ayudaron a abrir la tumba, que murieron en accidentes o enfermedades. Otros casos fueron más triviales, como la muerte de un perro que se había quedado atrapado en la tumba. La prensa sensacionalista de la época se hizo eco de estos eventos, alimentando la creencia en la maldición. La maldición de Tutankamón se convirtió en un fenómeno cultural, y ha sido representada en numerosas obras de ficción, como películas, libros y videojuegos. Sin embargo, la mayoría de los científicos consideran que la maldición de Tutankamón es un mito. Las muertes que se produjeron después del descubrimiento de la tumba se pueden explicar por causas naturales o accidentales. Por ejemplo, la infección bacteriana que mató a lord Carnarvon era una enfermedad común en la época, y los accidentes que provocaron la muerte de los trabajadores pueden haber sido causados por las malas condiciones de trabajo en la tumba. En conclusión, la maldición de Tutankamón es una leyenda popular que no tiene fundamento científico. Sin embargo, sigue siendo una historia fascinante que ha cautivado la imaginación de generaciones de personas.