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La historia criminal de Pedro Luis Gallego, el violador del ascensor que se enfrenta de nuevo a 96 años de cárcel Pedro Luis Gallego se enfrentará a partir del jueves a una pena de 96 años de prisión. Ya acumula a sus espaldas dos asesinatos, otras nueve violaciones y varios intentos frustrados más. Durante los últimos 43 años ha atemorizada a las mujeres jóvenes, incluso menores de edad, de Castilla y León y de Madrid, donde cometió las dos violaciones y otros dos intentos por los que se le juzga ahora. Su carrera delictiva comenzó en 1976. Pedro Luis Gallego, el violador del ascensor o violador de La Paz, nació en la ciudad de Valladolid, el 13 de noviembre de 1957. Gallego estudió en un colegio religioso de la ciudad pucelana y realizó Formación Profesional de Mecánica, allí aprendió a arreglar ascensores. Como mecánico de ascensores lograba entrar en los portales para violar a sus víctimas. En 1976, con apenas 19 años se convirtió en el depredador sexual que atemorizó las viviendas de Castilla y León primero y de Madrid después. Todo durante cuarenta año. Pisó la cárcel por vez primera en junio de 1979 y en 1981 y 1982, recién excarcelado comenzó a acumular condenas por abusos deshonestos. En 1983 ingresó de nuevo en la cárcel de Valladolid y aquel año fue juzgado porque obligó a un preso a masturbarle. En 1985 aprovechó unas vacaciones en Alicante para violar a una turista belga y poco después fue juzgado en Palencia por un robo y un delito de abusos deshonestos. En 1987 lo condenaron a 10 años de cárcel por violación. Cumplió solo cinco, la mitad, ya que redimió la mitad de la pena por estudios, que consistían en sacarse el título de la ESO (Enseñanza Secundaria Obligatoria). En 1992 ya estaba suelto, en Valladolid, buscando una victima y se cruzó con Marta Obregón Rodríguez, 22 años y estudiante de Periodismo. Un camionero la encontró en Villagonzalo Pedernales, un pequeño pueblo cerca de Burgos. Era un frío 27 de enero de 1992 y la joven había sido violada y cosida a puñaladas. Su carrera criminal no paró ahí, Pedro Gallego cometería otras cinco violaciones y dos agresiones sexuales en Valladolid y otras tres violaciones en Salamanca antes de ser detenido. Entre abril y julio de 1992 cometió nueve violaciones y lo intentó en otras dos ocasiones. Su modus operandi era el mismo, esperaba a sus víctimas en el ascensor de los edificios. Su última víctima del siglo XX fue Leticia Lebrato. El 19 de julio la joven de 17 años se encontraba veraneando de la localidad vallisoletana de Viana de Cega. Su cuerpo apareció asesinada en un pinar cercano a Boecillo, a 16 kilómetros de Valladolid. Había sido violada y había recibido numerosos golpes en la cabeza, así como once puñaladas, una de los cuales le ocasionó la muerte, al perforarle un pulmón. El 27 de julio del mismo año huyó a tiros cuando iba a ser detenido por la Policía, en Medina del Campo. Robó una furgoneta y escapó, pero fue detenido por una docena de agentes de paisano en la oficina de Correos de La Coruña en noviembre de 1992. Pedro Luis Gallego detenido en 1992. Para condenarlo fueron fundamentales las pruebas de ADN. Apenas admitió haber asesinado a Leticia Lebrato, pero ninguna violación. Entre sus posibles víctimas, una niña de seis años, Laura Domingo Alonso, cuyo rastro se perdió en Burgos el 8 de abril de 1991 y que fue encontrada muerta en La Majada el 28 de abril de 1991. El cadáver no presentaba signos de violencia sexual, pero nunca se pudo probar su implicación. Durante el juicio por el asesinato de Leticia Lebrato, en junio de 1994, el fiscal pidió 24 años de cárcel. Pedro Gallego Fernández se declaró inocente y acusó a un desconocido instructor de entonces, Manuel García Castellón, de haberle engañado para que firmase su implicación a cambio de enviarle a un centro psiquiátrico. La joven Leticia Lebrato. La familia de Leticia Lebrato también tuvo dudas de que Gallego hubiese cometido el crimen en solitario, puesto que el cuerpo de Leticia había sido apuñalado con un machete, pero también con un estilete y Paloma Rodríguez, entonces pareja sentimental de Gallego, reconoció haber estado en ese lugar en esas fechas, pero no se pudo probar su implicación. Pedro Luis Gallego fue condenado a 328 años de cárcel y seis de destierro de Valladolid en total por dos asesinatos, dieciocho violaciones, tres tentativas, un tiroteo con la policía, tenencia ilícita de armas y robo con intimidación. #documental #españa #crimen