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la trochas de Colombia y la desidia oficial

De las carreteras de Colombia y sus 40 trochasPor cuenta de las trochas, hay paraísos que no se pueden disfrutarFecha de última actualización : 2009-02-27 Bogotá, Colombia (RCN) - Durante los últimos 19 días, los reporteros de Noticias RCN hicieron eco de las tragedias anónimas en los rincones más apartados de las carreteras del país. Pronto y gracias a las denuncias de los televidentes, las cámaras pudieron constatar que no hay vías sino trochas, llenas de historias terribles de miles de muertos y heridos, de quejas no oídas, de negocios quebrados, de paraísos turísticos desperdiciados y de campesinos en apuros para vender sus productos. Los calificativos se agotaron, pasamos de la sorpresa que causa saber que en medio de la cantidad de huecos y abismos, la gente se las ingenia para salir a flote, olvidarse del barro y las demoras a pesar de la niebla y de la lluvia. Pero a pesar de estas dificultades, hay verdaderos artistas del volante, que llevan a la gente al lugar que añoran. Fuimos testigos de la angustia de quienes ven cómo sus seres queridos juegan cara a cara contra la muerte, porque las carreteras no les permiten llegar a los hospitales. De esa mezcla indescriptible de rabia y tristeza por la desidia oficial, dieron cuenta los miles de campesinos, que luego de sacarle fruto a las entrañas de la tierra, vieron colapsar sus productos en medio de las odiosas trochas. Pero también de aquellos con ese sello imborrable que tienen los colombianos para enfrentar la adversidad: una creatividad sin l?ímites, que les hizo inventar todo tipo de trucos para superar los escollos de las trochas, o cómo apelan a la solidaridad para ayudar a los que se meten en problemas. Por cuenta de las trochas, hay paraísos de las que ya no es posible disfrutar, como el mar de Santa Marta, o la laguna de Tota en Boyacá. Por cuenta de las trochas, vimos desperados conductores poniendo en riesgo sus vidas y haciendo de tripas corazón para aplazar el deterioro de sus carros. En fin tantas denuncias, tantos dolores, tantas inconformidades y tantas razones justificadas juntas, que, seguramente, no hubiéramos acabado nunca de relatar sus pesares. Debe ser por eso, que alguien dijo con mucho humor negro, que en el equipo de carretera hay que llevar una pica y una pala y que a lo mejor, dentro de algunos siglos, Dios se de cuenta que aún en pleno siglo XXI, hay civilizaciones que parecen seguir condenadas a vivir la edad de piedra.