У нас вы можете посмотреть бесплатно El Románico deL Esgueva Promo Castellano 5min или скачать в максимальном доступном качестве, видео которое было загружено на ютуб. Для загрузки выберите вариант из формы ниже:
Если кнопки скачивания не
загрузились
НАЖМИТЕ ЗДЕСЬ или обновите страницу
Если возникают проблемы со скачиванием видео, пожалуйста напишите в поддержку по адресу внизу
страницы.
Спасибо за использование сервиса ClipSaver.ru
Y el agua, que corre, pasa y sueña… Y nos conduce en este viaje a través del tiempo y el espacio, con el Esgueva serpenteando entre algunos de los mejores testimonios del románico burgalés. El Esgueva nace en la sierra de Cervera, a poca distancia de uno de los monumentos más emblemáticos del románico: el Monasterio de Santo Domingo de Silos. Arquitectura, escultura, canto gregoriano y silencio confluyen en esta abadía benedictina del siglo XII con orígenes visigodos, que destaca por la belleza de su claustro, capiteles de temática bíblica y decoraciones vegetales y animales. Monumento único en Europa, su equilibrada serenidad inaugura este itinerario de agua, piedra e intensa vocación románica. El Esgueva atraviesa la geografía y el nombre de los pueblos que asoman a sus aguas. En su recorrido hallamos trazos románicos en la cabecera semicircular y parte del cimborrio de Bahabón… Los restos del templo parroquial de Cabañes… La ermita de San Salvador de Santibáñez, con arquillos lombardos y un rotundo ábside. En uno de los capiteles, una habitante del Esgueva peina su cabello al sol de la paramera. Símbolo de lujuria y pecado, la sirena de doble cola expone abiertamente su carnalidad en el apéndice dividido. Muy semejante a la anterior, otra sirena y sus tentaciones viven en la iglesia de Pinillos, muestra de románico rural habitado por universo simbólico de serpiente, leones y centauros con saeta. De nave única y armoniosa fábrica, el templo también muestra en su ábside la rareza de los arquillos lombardos, poco habituales en la zona. Los rastros románicos salpican el templo de Terradillos, edificio monumental con la portada más grande y profunda del Valle del Esgueva. Más allá, la Iglesia de San Mamés transiciona al gótico en Villatuelda, una localidad con fuente y puente romanos, palomares, bodegas tradicionales y antiguo molino harinero. En Torresandino, el románico tardío de su iglesia remite a una factura del XIII que ha sido remodelada por los siglos y los estilos… Río abajo, las casas ribereñas de adobe y piedra se apiñan junto a la iglesia parroquial de Villovela, de bello interior y formada por dos templos, uno gótico y otro románico. Y como colofón del viaje por el cauce del románico y sus pueblos, hallamos el Monasterio de Santa María La Real, en Tórtoles de Esgueva. Se encuentra en la parte alta de la localidad, junto a las abundantes fuentes que un día regaron sus huertas. Hoy restaurado, el antiguo recinto monacal combina rastros del siglo XII con ampliaciones y renovaciones, en tanto que la iglesia, la capilla de los fundadores, la sala capitular, su antiguo refectorio, la torre y el claustro conviven con sus usos actuales de posada real y quesería artesanal. En su frondoso patio, la fuente mana un agua que, cuenta la leyenda, tenía el poder de curar la ictericia. Es posible localizar un total de 70 marcas de cantería, de más de una treintena de tipos diferentes. Un lugar con encanto en la ribera del Duero, con excelentes vistas e instalaciones para el disfrute y descanso en un espacio privilegiado. Abajo, la iglesia de San Esteban Protomártir cuenta de un tiempo de finales de la Edad Media, en el que fue construida adosada a un viejo torreón defensivo que le sirvió de campanario. Y en este círculo del tiempo y la memoria, un calendario de tradiciones se derrama por entre las estaciones y los pueblos. La bienvenida a la primavera con el canto de las Marzas; el antiguo desafío de la Pingada del Mayo; romerías y festividades para la celebración y la concordia de los pueblos vecinos; la unión de gastronomía, fiesta comunal y rito ancestral en la Matanza del Cerdo… Y el vino, que riega los campos y las mesas, envejeciendo en los toneles y barricas de las bodegas excavadas en las entrañas de la tierra. El dialogo entre pasado y presente toma fuerza en las manos de los artesanos instalados en la zona. Entre ellas cobra vida la unión de ayer y hoy, dando forma a esculturas en metal y obras de forja artística capaces de sintetizar lo mejor de ambas épocas. En ocasiones, algunos de los pobladores deciden entregar su tiempo para guiar voluntariamente a quien se acerque al patrimonio del Esgueva. Pero no solo de agua y piedra vive la comarca burgalesa. Amparados por los álamos del río y su vegetación de ribera, herrerillos, carboneros y gavilanes surcan los cielos de la zona, junto a cernícalos vulgares y abubillas. En el horizonte puede contemplarse la segunda ave más pesada capaz de volar en el mundo: es la avutarda, especie protegida que recorta su grave perfil al contraluz de la paramera. En las aguas del pantano de Tórtoles, somormujos y garzas reales se dan cita con ánades reales, en tanto que el valle alberga una nutrida avifauna representada por milanos negros, ratoneros y águilas calzadas.