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Las redes de Alejandro Lodi: / alejandro.lodi.1 Libros de Alejandro y Beatriz: https://amzn.to/3BVqWtw ----------- I. Heridas Astrológicas: Concepto de herida en astrología Herida de Saturno: dolor por transgredir el orden natural Herida de Urano: dolor por el contacto con lo imprevisto Herida de Neptuno: dolor por la disolución del ego y la sensibilidad extrema Herida de Plutón: dolor por la resistencia a la transformación y la muerte Herida de Quirón: dolor por la herida que no cierra, lo imprevisible e injusto II. Profundizando en las Heridas: Saturno y Urano: límites de la conciencia humana y la necesidad de imaginación Neptuno: la sensibilidad compasiva y el riesgo de extraviarse Plutón: la importancia de aceptar la muerte y la transformación Quirón: la paradoja entre la desgracia y la gracia III. Reacciones a las Heridas: Victimización vs. Negación El perdón como herramienta para disolver la polarización IV. El Rol del Astrólogo: Responsabilidad del astrólogo: describir, no prescribir El astrólogo como observador y traductor, no como sumo sacerdote Empoderar al individuo para que tome sus propias decisiones V. Reflexiones Finales: La sublimación como herramienta para trascender las heridas La importancia de la perplejidad y la curiosidad ante la vida La paradoja de la encarnación y la creación artística En el diálogo entre Juan Carlos Gómez y Alejandro Lodi, se explora el concepto de "heridas" en astrología, no como simples fatalidades, sino como oportunidades para el crecimiento y la autocomprensión. Se exploran las heridas de Saturno, Urano, Neptuno, Plutón y Quirón, cada una con sus matices y complejidades. Saturno, el planeta de los límites, nos confronta con la realidad y la responsabilidad. Su herida surge al transgredir las normas o no aceptar la realidad tal como es, generando dolor y la necesidad de madurar. Urano, el planeta de lo imprevisto, nos recuerda la incertidumbre de la vida. Su herida se origina en la comparación con modelos externos y la resistencia al cambio, generando dolor al romperse nuestros ideales. Neptuno, el planeta de lo onírico, nos sumerge en la sensibilidad y la disolución del ego. Su herida se manifiesta como una abrumadora sensibilidad, donde la persona se siente desbordada por las emociones y la conexión con el todo. Plutón, el planeta de la transformación, nos confronta con la muerte y la regeneración. Su herida se produce al resistirnos a la transformación y al final de las cosas, generando dolor al aferrarnos a lo que ya no existe. Quirón, el sanador herido, representa la herida que no cierra, el dolor que nos acompaña toda la vida. Su herida es imprevisible e injusta, y aunque no se cure, nos impulsa en una nueva dirección, abriendo portales inesperados en nuestra vida. Es importante destacar que los astrólogos no son portadores de verdades absolutas, sino que describen realidades para que cada individuo tome sus propias decisiones. Ante las heridas, podemos caer en la victimización o la negación, pero es en la comprensión y la aceptación donde encontramos la posibilidad de elegir nuestra respuesta. El perdón, como herramienta para disolver la polarización víctima-victimario, no se trata de olvidar o justificar, sino de no permitir que el dolor nos defina. Es elegir no perpetuar el ciclo de sufrimiento y encontrar una nueva dirección a partir de la herida. En conclusión, las heridas astrológicas no son un destino, sino un mapa que nos invita a explorar la complejidad humana. A través de la comprensión y la aceptación, podemos encontrar el camino hacia la sanación y la transformación, tomando responsabilidad por nuestras elecciones y creando nuestra propia historia.