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Suicidio asistido en personas con Autismo.... Es una realidad presente

Imagina el shock de descubrir un día que tu hija adulta, quien aún vive contigo, desea ser sacrificada. Esta joven de 27 años, diagnosticada con autismo y TDAH, no presenta ninguna enfermedad o discapacidad física conocida. Conoces las dificultades que ha enfrentado en su vida, pero tu amor hacia ella te impulsa a desesperadamente buscar evitar su trágico destino. Esta es la dura realidad que encara un padre en Alberta, Canadá. Después de que un juez emitiera un fallo permitiendo que esta joven, conocida en los medios como MV, sea aceptada en el programa canadiense de asistencia médica para morir (MAID), los esfuerzos de su padre, WV, por detenerlo resultaron en vano. Según la ley canadiense, se le permite a esta joven ingresar al programa de muerte asistida, bajo la opción considerada "compasiva". Para ser elegible para MAID, un paciente debe padecer una condición médica "grave e irredimible". En el tribunal, MV no tuvo que identificar específicamente su condición médica, ni proporcionar información sobre sus síntomas o explicar cómo estos le causaban sufrimiento. Todo lo que sus padres pudieron ver fue la evidencia de que ella siguió los procedimientos establecidos para acceder a MAID y que su elegibilidad fue aprobada por dos médicos. Según el equipo médico canadiense, esta joven con autismo cumple con los criterios de MAID. A pesar de los argumentos del padre de la joven, quien afirmaba que ella era "vulnerable" y "no competente para tomar la decisión de quitarse la vida", un juez en Canadá dictaminó que a una mujer con autismo se le puede conceder su solicitud de morir mediante suicidio asistido. La ley canadiense establece que cualquier persona que busque el suicidio asistido debe padecer "una enfermedad o discapacidad grave", experimentar un "sufrimiento físico o mental insoportable" y ser incapaz de revertir la enfermedad o el sufrimiento asociado. Aunque la decisión ha sido suspendida durante 30 días para permitir que el padre apele, el suicidio asistido es legal en Canadá desde 2016. A principios de este año, el gobierno canadiense pospuso sus planes de ampliar su programa de suicidio asistido para incluir a aquellos que padecen enfermedades y trastornos mentales.