“¡Tráiganme a alguien más inteligente!” — gritó el millonario, hasta que la camarera lo resolvió. скачать в хорошем качестве

“¡Tráiganme a alguien más inteligente!” — gritó el millonario, hasta que la camarera lo resolvió.

En una sala de juntas llena de tensión, el millonario golpeó la mesa y gritó: “¡Tráiganme a alguien más inteligente!”. Sus ejecutivos temblaban, incapaces de darle la respuesta que exigía. Pero lo que nadie esperaba era que la camarera —la mujer silenciosa que servía café en la esquina— escuchara el problema, se acercara con calma y lo resolviera en segundos. La habitación quedó en silencio. Los trajes caros, las tabletas de última generación y los títulos universitarios no pudieron competir con la inteligencia práctica de alguien que nadie había notado. Ese día, él no solo encontró la solución que buscaba; descubrió que la genialidad a veces viene de donde menos se espera.