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1° de ocubre de 2025 Sesión Solemne por el Alasto al Cuartel Madera de Chihuahua Hoy llevamos a cabo esta Sesión Solemne para recordar el aniversario del intento de asalto al Cuartel de Ciudad Madera en el estado de Chihuahua a sesenta años. Nos reunimos en esta Soberanía para conmemorar la dignidad, la valentía y el profundo amor por el pueblo de quienes dieron su vida en este hecho del 23 de septiembre de 1965. Trece jóvenes —maestros, estudiantes y campesinos— entregaron sus vidas por un México más justo. Doce de ellos no alcanzaban los 25 años. Enfrentaron la injusticia desafiando el poder de los caciques y terratenientes, amparados por el gobernador Práxedes Giner Durán. Cansados de los abusos, explotación y despojos, sin encontrar alternativas por la vía política atacaron el cuartel de Ciudad Madera, Chihuahua. Arturo Gámiz García, maestro rural, fue quien encabezó este acto de rebeldía, conciencia y dignidad. Junto a él: Emilio Gámiz García, Salomón Gaytán Aguirre, Pablo Gómez Ramírez, Juan Antonio Escóbel Gaytán, Rafael Martínez Valdivia, Miguel Quiñónez Pedroza, Óscar Sandoval Salinas, Guadalupe Escóbel, Ramón Mendoza, Florencio Lugo, Francisco Ornelas y Matías Fernández. No buscaban simplemente tomar un cuartel. Buscaban iniciar un proceso de transformación profunda. Querían cambiar el rumbo de nuestra historia. Querían justicia para los campesinos despojados, libertad para los estudiantes reprimidos, dignidad para los trabajadores explotados. Querían que el bosque, la tierra y el agua volvieran a manos del pueblo. Ese intento, aunque militarmente fallido, inauguró una nueva fase de la lucha popular: la insurgencia armada que recogía las gestas villistas, zapatistas y jaramillistas, y que más tarde daría origen a la Liga Comunista 23 de Septiembre. Madera se convirtió en símbolo, en semilla, en llamado. Porque los héroes de Madera no fueron un hecho aislado. Fueron el faro de una generación que creyó que la vía pacífica estaba clausurada, y que, ante la represión y el silencio, había que responder con dignidad. Hoy, en este tiempo en que la memoria florece, celebramos el decreto de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien ha declarado Sitio de Memoria la tumba colectiva donde yacen los combatientes caídos en Ciudad Madera. Agradecemos la presencia de Rosario Piedra Ibarra, Presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y reconocemos las dos recomendaciones que evidencian la represión sistemática y autoritarismo del Estado que sufría en aquella época, por lo que optaron por la vía armada al no encontrar opciones de participación ni organización democrática. Estas recomendaciones muestran que la represión fue una política constante, no un hecho aislado. Su reconocimiento contribuye a la memoria histórica y reivindica a quienes enfrentaron injusticia y violencia por buscar un país más justo. No olvidamos a Madera, no olvidamos a sus combatientes, no olvidamos que la lucha por la democracia en México ha sido escrita con sangre, con lágrimas, con dignidad y con esperanza. Recordarles es reconocer que, durante décadas, los gobiernos autoritarios negaron las graves violaciones a los derechos humanos que se extendieron desde la segunda mitad del siglo veinte hasta hace algunos años. Porque rememorar a los héroes de Madera es reivindicar la lucha por la tierra, por la justicia, por el derecho a soñar con un país diferente, es mantener viva la llama de la democracia, para que las futuras generaciones no olviden por lo que se ha luchado, para que nadie más, nunca más, tenga que empuñar las armas ni entregar su vida por el derecho a la justicia y una vida digna. Por eso hoy, desde esta tribuna, con orgullo y responsabilidad, proclamamos: ¡Honor y gloria a los jóvenes del 23 de septiembre de 1965! ¡Vivan los héroes del Asalto al Cuartel Madera! ¡Viva México con justicia y memoria!