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https://holylanguage.org/espanol ¡Mira la serie completa aquí! http://www.holylanguage.com/espanol.html La TSÁDIK, nuestra letra número 18, tiene un valor numérico de 90 y 900 en su variante SOFÍT, o final. Se representaba como un gancho en su escritura antigua, y proviene de la raíz de la palabra “cazar”, LATSÚD en hebreo. A su vez, TSADDÍK en hebreo significa: “justo”. En base a estos 2 significados, la TSÁDIK nos enseña sobre la atracción (el gancho) que ejerce la justicia, y sobre los justos o rectos, y Él Justo. Respecto a la primera connotación, el gancho, la atracción a la justicia, la palabra “justicia” en hebreo es: TSEDAKÁ, con TSADIK. La verdadera justicia nos atrae hacia ella, como un imán, como un gancho. Jesús poseía ese tipo de personalidad y prédica que atraía. Dicen los evangelios que multitudes lo seguían. Él es el Verbo, y su Palabra nos atrae de igual forma. De sus propios labios escuchamos en el evangelio de Juan antes de su crucifixión, resurrección y ascensión: “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mi mismo” (Jn12:32). Él es el novio que en palabras de Salomón, hacia sí mismo nos atrae: “Atráeme… en pos de ti correremos… nos gozaremos y alegraremos en ti” (Cnt1:4). Respecto a la segunda connotación, los justos, vemos que estructuralmente la TSÁDIK se compone de otras 2 letras del alfabeto: la NUN, que representa al creyente, al hombre o la mujer humilde con su rostro al cielo, y la IÓD, tipo del Espíritu de Dios. Así entendemos que la TSÁDIK nos habla de un hombre o una mujer humilde, sobre quien reposa el RÚAJ, el Espíritu de Dios; un justo o una justa, un santo o una santa. Más todavía cuando la TSÁDIK tiene esas 3 coronitas que en ocasiones algunas letras del alfabeto hebreo portan, ello es símbolo de la autoridad espiritual que sólo puede nacer de una vida vivida en Dios, en santidad, en justicia. Cuando en el mundo judío uno necesita oración por una situación compleja, como pudiera ser una enfermedad, es usual recurrir a un TSADDÍK, a un justo, a un santo, para que interceda por nosotros. Llamamos a un justo, para que pida por nosotros. De esto habla el apóstol Santiago: "¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo (de un TSADDÍK) puede mucho” (Stg5:14-16). También podemos decir, concatenado con este concepto, que la letra TSÁDIK en su forma es como el espejo y el equivalente femenino de la ÁLEF, la 1er letra del alfabeto, que simboliza a Dios. Los TSADIKÍM, los justos, los apartados, los santos, la iglesia, somos entonces la novia de Dios: “Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones JUSTAS de los SANTOS” (Ap19:8). Ahora, ¿quién es Él justo? ¿Quién es aquel TSADDÍK que puede interceder por nosotros en todo tiempo ante cualquier necesidad que tengamos? Ananías, un judío piadoso nos da la respuesta en sus palabras al recién convertido apóstol Pablo: “El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al JUSTO (al TSADDÍK), y oigas la voz de su boca” (Hc22:14). Ananías hablaba del Señor Jesús. En palabras del Apóstol Juan: “Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el JUSTO (el TSADDÍK)” (1Jn2:1b). Agrega el Apóstol Pablo en su carta a Timoteo, andado el tiempo: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1Ti2:5). En su forma SOFÍT o final, la TSÁDIK ya no está como de rodillas, sino en pie y con los brazos en alto. Esto nos habla del mundo por venir. Hoy vivimos en humildad, “inclinados”, pero en aquel día, aún si humildes, estaremos de pie y junto al Señor reinaremos. Así lo expresa el apóstol Pablo: “Me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” (2Ti4:8). El Salmo 32 refrenda el concepto: “Alegraos en el Señor, y gozaos, justos, y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón” (Sal32:11). El cielo a Jesús ha recibido, “hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas que habló Dios por boca de sus santos profetas” (Hch3:21). Recién entonces se concretará la Segunda Venida del JUSTO, con Él nos desposaremos y a su lado los JUSTOS a perpetuidad permaneceremos.