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ORTOPEDIA, Reduccion abierta y fijacion interna (RAFI) en fracturas de tobillo

Anatomía quirúrgica La unión del tobillo consta de una articulación entre tres huesos: la parte distal de la tibia, la parte distal del peroné y el astrágalo. Estos huesos forman la mortaja del tobillo. La articulación principal se produce entre la cúpula del astrágalo y la parte distal de la tibia. La estabilidad de esta mortaja se basa no solo en la disposición ósea, sino también en el sistema osteoligamentoso. Los tres complejos ligamentosos del tobillo son: el complejo tibiofibular inferior y los complejos de los ligamentos colaterales lateral y medial. Evaluación de la fractura La evaluación de las fracturas de tobillo requieren 3 imágenes de rayos X del tobillo: La vista anteroposterior (AP). La vista de la mortaja (vista AP con 20 grados de rotación interna para colocar el eje transmaleolar en paralelo con la placa tibial). La vista lateral. Un ejemplo de imagen de rayos X AP donde se muestra una fractura de tobillo. Un ejemplo de imagen de rayos X lateral donde se muestra una fractura de tobillo. Control El objetivo del tratamiento es restablecer y mantener la anatomía normal de la mortaja del tobillo. Se tolera muy mal una incongruencia de la mortaja del tobillo, dado que provocaría cargas anormales sobre el cartílago articular. A menudo, se requiere una reducción abierta y fijación interna. El momento ideal para la cirugía es antes de que se produzcan hinchazón o ampollas en la fractura. Es posible que esto no sea clínicamente posible. Si hay presencia de hinchazón del tejido blando con edema, o ampollas en la fractura, se recomienda retrasar la intervención quirúrgica hasta que haya mejorado el estado de los tejidos blandos. En esta situación, se debería reducir la fractura con cuidado y colocarla en una posición elevada, en una férula de escayola. Módulos de Touch Surgery relacionados Fijación de tirafondos.