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Acepta el reto de esta semana:Practica 3 minutos al día el reconocimiento emocional del nombre.

El nombre del perro no es únicamente una etiqueta: es un anclaje emocional y neurológico que puede determinar la calidad del vínculo entre perro y tutor. Cuando un perro reconoce su nombre de manera funcional, no solo vuelve la mirada, sino que establece un canal de comunicación activo, un puente cognitivo que permite guiar su comportamiento incluso en situaciones de estrés, distracción o riesgo. En este vídeo explicamos por qué es fundamental consolidar la respuesta al nombre desde un enfoque neuroeducativo y emocional, fortaleciendo la ventana de tolerancia, el apego seguro y la atención selectiva. No se trata de repetir o forzar; se trata de motivar, jugar, reforzar y crear significado. Trabajar el nombre correctamente puede: Aumentar la atención y la escucha activa del perro. Prevenir reacciones impulsivas ante estímulos. Facilitar la gestión emocional en entornos con alta carga sensorial. Mejorar la llamada en Acepta el reto de esta semana: Practica 3 minutos al día el reconocimiento emocional del nombre. Comparte en comentarios cómo cambia su mirada. casa y en exteriores. Protegerle la vida en situaciones donde una respuesta inmediata es crucial. Este vídeo forma parte de un reto práctico para que puedas entrenarlo paso a paso en tu día a día. No necesitas experiencia previa, solo ganas, constancia y vínculo. La llamada no se grita. Se construye.