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Hoy en Sin Fronteras: A diez años de su nacimiento, recordamos a Arrieros, trío conformado por Andrés Los Arcos en primera guitarra, arreglos y coros, Ramiro Di Mayo en voz y segunda guitarra y Miguel Dicharry en bombo y coros. Con la partida física de Miguel Dicharry, Arrieros culminó su camino musical. Así lo recuerda Ramiro Di Mayo: “Miguel, qué artista tuvo Bolívar. La verdad que lo recuerdo con mucho cariño. Nos hizo tan bien esa incorporación, la pasamos muy bien y disfrutamos muchísimo de sus conocimientos, sus anécdotas. Ya sea en los ensayos o cuando íbamos a tocar siempre había una anécdota de él que nos hacía reír mucho. Miguel era un artista muy conocido en Bolívar y te puedo asegurar que en muchísimos lados donde íbamos a tocar, alguna peña sea chica o sea grande, Miguel siempre se encontraba con alguien que lo conocía”. “Miguel era mayor que nosotros, nos llenaba de consejos. Recuerdo verlos zapatear cuando tenía cinco, seis años, y después verlo siempre en algún asado en los clubes tocando la guitarra y cantando con su hermano Juan - cuenta Andrés Los Arcos-. Mis padres me llevaban a las peñas, yo ya estaba estudiando guitarra en Bolívar, y me decía ¿cuándo podré tocar con estos monstruos? Y después, ya de grande, la vida me dio el lujo encontrarme en los clubes Villa Juana y El Fortín me di el lujo de tocar con Juan y con Miguel”. También lo recuerda su amigo Santos Vega: “Si bien ya lo conocía como personaje cuando hizo las cien horas de malambo en el Club Alem, mi encuentro más importante ocurrió cuando yo vuelvo a Bolívar en 1981, ellos tenían el taller de restauración y de lustre en la calle Mitre. Me reencuentro y ahí conozco a todos, a ‘Tucuta’, el padre, a Juancito y a Miguel. Ahí había siempre un bombo, una guitarra. Miguel se acompañaba excepcionalmente bien con la guitarra, además tenía un don muy particular con lo que era la percusión, tocaba muy bien el bombo, tenía el tempo musical metido en la sangre”.