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Sacrifiqué 2 Años de mi VIDA Cuidándolo Luego de un ACCIDENTE pero me lo Pagó Casándose con su EX

Dos años. Dos años de sacrificio, de noches en vela, de soportar su dolor y su ira, de entregarlo todo. Y ahora, Alejandro estaba completamente recuperado. Lo primero que hizo no fue darme las gracias, ni siquiera reconocer mi esfuerzo. No. Lo primero que hizo fue arrodillarse ante su primer amor, la mujer que lo había abandonado, y proponerle matrimonio. La noticia estaba en todas partes. Todas las pantallas principales de Jiangcheng transmitían la misma escena: la propuesta de matrimonio más espectacular jamás vista. En la enorme pantalla del escenario, Alejandro se arrodillaba con un anillo de diamantes en la mano, su expresión devota, entregada por completo a Eva, la diseñadora de estrellas. Su exnovia. Su amor eterno. Me quedé mirando la transmisión en vivo en completo silencio. Sin palabras. Sin emociones. Solo sentí el peso del anillo en mi bolso, el mismo que había llevado conmigo durante tanto tiempo. Lentamente, lo saqué, lo miré por un momento y luego lo dejé caer en mi bolsa. La deuda de gratitud ha sido saldada. Las personas a mi alrededor se detenían para ver la transmisión. En la pantalla, Alejandro sonreía mientras la rodeaba con un mar de rosas rojas, la misma flor que había usado para decorar la escena perfecta. La misma que meses antes me había preguntado si me gustaba. —Jacintos —le había respondido en aquel entonces. Pero hoy, no había ni un solo jacinto. Solo un océano de rosas apasionadas… y en el centro de esa imagen perfecta, la mujer que no era yo. Observé con calma cómo la propuesta llegaba a su clímax. Alejandro abrió una elegante caja de terciopelo negro y sacó el anillo. Un diamante resplandeciente, deslumbrante como las estrellas. En comparación, el anillo que aún tenía en mi bolsillo ni siquiera podía considerarse una joya. Las chicas a mi alrededor gritaban emocionadas. —¡Presidente Lisboa! ¡Alejandro es tan apuesto! No es de extrañar que lo llamaran el rey de Jiangcheng en su época. —Escuché que cuando Alejandro estaba paralizado, Eva sacrificó todo por cuidarlo… —Un amor predestinado… finalmente juntos.