У нас вы можете посмотреть бесплатно "Señor, Fortalece Mi Camino Contigo Hoy: Oración Matutina de Transformación" или скачать в максимальном доступном качестве, которое было загружено на ютуб. Для скачивания выберите вариант из формы ниже:
Если кнопки скачивания не
загрузились
НАЖМИТЕ ЗДЕСЬ или обновите страницу
Если возникают проблемы со скачиванием, пожалуйста напишите в поддержку по адресу внизу
страницы.
Спасибо за использование сервиса ClipSaver.ru
Antes de comenzar nuestra oración, quiero compartir unas palabras de reflexión contigo. ¿Alguna vez has sentido la necesidad de mejorar en algún aspecto de tu vida? Quizás en el trabajo, tras cometer un error, o al olvidar algo importante. Tal vez fue al darte cuenta de que podrías haber actuado con más paciencia, sabiduría o gracia. En esos momentos de autoconciencia, solemos proponernos cambios: ser más organizados, más responsables, más atentos. Nos esforzamos por corregir fallos, por aprender de nuestras experiencias y por evitar repetir los mismos errores. Sin embargo, en medio de este afán por mejorar en nuestras responsabilidades diarias, surge una pregunta fundamental: ¿qué hay de nuestro crecimiento espiritual? Nos preocupamos por avanzar en nuestra carrera, en nuestras relaciones, en nuestras metas personales, pero ¿nos detenemos a considerar cuánto hemos crecido en nuestra fe? ¿Nos tomamos el tiempo para examinar nuestra relación con Dios y preguntarnos si realmente estamos dando lo mejor de nosotros en nuestra vida espiritual? Quizás en algún momento, después de una situación difícil, una prueba o un sermón que tocó nuestro corazón, nos hemos sentido conmovidos y hemos pensado: "Necesito fortalecer mi relación con Dios. Debo dedicarle más tiempo. Tengo que buscarlo con mayor intención". Ese anhelo profundo que a veces sentimos no es casualidad. Es Dios mismo llamándonos a una comunión más profunda con Él. Es el Espíritu Santo despertando en nosotros el deseo de acercarnos más, de rendirnos completamente, de vivir con una fe más auténtica y comprometida. La realidad es que nuestra relación con Dios no tiene un punto de llegada. Siempre hay un nivel más profundo de fe que podemos alcanzar, una mayor entrega que podemos ofrecer, una conexión más fuerte que podemos cultivar. Entonces, ¿qué nos detiene? ¿Las ocupaciones diarias? ¿El cansancio? ¿La falta de disciplina? A veces, simplemente nos acostumbramos a una relación superficial con Dios, conformándonos con lo mínimo, cuando Él nos está invitando a una vida de plenitud en su presencia. Hoy, quiero animarte a que no ignores ese llamado. Si en lo más profundo de tu corazón sientes el deseo de crecer espiritualmente, de conocer más a Dios, de hacer de Él tu verdadera prioridad, es momento de actuar.