Parte 1: La muerte… ¡también falla! - Historia real del túnel de la muerte - Néstor Armando Alzate скачать в хорошем качестве

Parte 1: La muerte… ¡también falla! - Historia real del túnel de la muerte - Néstor Armando Alzate

#nestorarmandoalzate #Enigmas #tuneldelamuerte #resucitar #experienciacercanaalamuerte #ecm PARTE 1: Puedes ver la parte 2 en el siguiente enlace:    • Parte 2: La muerte… ¡también falla! - Hist...   Cuando a Jorge (nos reservamos el apellido porque no tenemos su autorización expresa para divugarlo), lo atropelló una tractomula durante un entrenamiento en su bicicleta en la vía a Melgar, discurrió ante sus ojos toda su existencia, mientras se apagaba su vida. Minutos después fue conducido en una ambulancia a Bogotá, adonde llegó -prácticamente-, sin signos vitales y aunque lo recibieron inmediatamente en el quirófano al poco rato se le declaró muerte cerebral, y a continuación, se efectuaron los trámites de rigor para enviarlo a la morgue. Y es que con el cuerpo triturado: piernas, manos, brazos, abdomen, costillas, pulmones, laceraciones en la cara y la cabeza, se daba por descontado que ya era un difunto y por eso dispusieron de su cadáver y lo condujeron al refrigerador, a la espera de que sus deudos lo reclamaran para sepultarlo, previa autopsia. Una vez en el anfiteatro, el camillero que estaba a punto de guardarlo en el congelador, se percató de que el difunto movió levemente los párpados e inmediatamente lo llevó de regreso a la sala de urgencias, y por su insistencia, los médicos decidieron dejarlo en cuidados intensivos para medir sus reacciones. En los siguientes nueve días permaneció en un coma profundo, diagnosticado con muerte cerebral. Y en ese lapso -según su relato-, mientras los médicos manipulaban su cuerpo, Jorge, que veía y sentía todo lo que ocurría, visitó un túnel de salida luminosa, que no quiso cruzar, porque sus hijos estaban muy pequeños y muerto él, quedarían al garete; y entonces, para probar que estaba vivo, movía objetos con la poca energía que le quedaba: tumbó de una estantería un frasco con algodones y en varias oportunidades cambió de lugar las cosas. En esas, su vecino de cama que también estaba en coma (y falleció poco después), le pidió que como sabía a ciencia cierta que Jorge, no iba a morir, memorizara un número para que se lo diera a su viuda, pues de ello dependía el futuro de su familia. Tras salir del coma, Jorge, cumplió la misión y (en efecto era la clave de una caja fuerte, en la que su difunto compañero guardaba escrituras de propiedades, bonos, dinero en efectivo y acciones de bolsa), se sometió a un doloroso tratamiento de más de 20 meses y poco a poco recuperó su vida y el futuro de sus hijos. ¿Y…lógico? Suscríbete al canal oficial de Néstor Armando Alzate aquí: https://bit.ly/nestor-armando-alzate