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El Plan Secreto de Bukele: ¿El Ejército Más Avanzado de Centroamérica?

El Plan Secreto de Bukele: ¿El Ejército Más Avanzado de Centroamérica? En las instalaciones de la Primera Brigada de Infantería en San Salvador, algo extraordinario está sucediendo. Mientras los críticos acusaban al presidente Nayib Bukele de autoritarismo, él estaba ejecutando silenciosamente la modernización militar más ambiciosa en la historia reciente de El Salvador. Nuevos helicópteros modernos surcando los cielos salvadoreños. Equipamiento táctico de última generación para miles de soldados. Tecnología de vigilancia que supera a cualquier fuerza armada centroamericana. La Fuerza Armada de El Salvador, que durante décadas operó con equipo obsoleto y presupuestos mínimos, está siendo transformada en una máquina de defensa moderna y profesional. Sus partidarios lo llaman la revolución militar necesaria. Sus críticos lo llaman militarización peligrosa. Entonces, ¿está Bukele construyendo el ejército más avanzado de Centroamérica o está creando un instrumento de control autoritario? Vamos a descubrirlo. Para entender este proyecto, primero debemos entender al hombre que lo hizo realidad, Nayib Bukele. Cuando asumió la presidencia en 2019, El Salvador era conocido por ser el país más peligroso del mundo fuera de zonas de guerra. Las pandillas controlaban territorios enteros. Las fuerzas armadas operaban con helicópteros de los años 70 y rifles obsoletos. El presupuesto militar era apenas $145 millones anuales. Pero Bukele tenía una visión diferente. No quería administrar la debilidad, quería reescribir la historia. En febrero de 2020, cuando necesitó aprobar un préstamo de $109 millones para seguridad, la Asamblea Legislativa se negó. Entonces Bukele hizo algo sin precedentes: ordenó a soldados y policías entrar al recinto legislativo. El mundo quedó escandalizado. Los medios internacionales lo llamaron golpista. Pero Bukele no acepta la debilidad como opción. El resultado fue un compromiso presidencial directo de modernizar completamente las Fuerzas Armadas. Y mientras los críticos seguían hablando, Bukele estaba ejecutando. Porque Bukele no habla por hablar. Bukele ejecuta.