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Las últimas brujerías de Maduro

Nicolás Maduro se ha aferrado como nunca a la brujería desde que perdió las elecciones el 28 de julio de 2024. Y ahora ya no lo hace de forma soterrada u oculta, sino que exhibe públicamente todos sus amuletos que -está convencido- le aportan protección para cumplir su máximo propósito: aferrarse como sea al poder. Maduro lleva desde hace muchos años un anillo de piedra verde. Se trata de un anillo que supuestamente le materializó Sai Baba, su líder espiritual. Sai Baba era un predicador espiritual que decía ser Dios en la Tierra, el creador de todo lo conocido y lo desconocido. Maduro lo fue a visitar con Cilia Flores cuando era presidente de la Asamblea Nacional rodeado de fieles y seguidores y logró una entrevista personal en la que Sai Baba supuestamente le materializó un anillo. Tal como relato en mi segundo libro, el dictador y sus demonios, Maduro le había pedido a Sai Baba que le materializara un anillo rojo, algo a lo que el gurú se negó. Le dijo que el rojo era el color de la ira y la violencia y que él necesitaba un anillo verde, que representa la calma y la paz, según me explicaron algunos de los asistentes a esa reunión, tal como relato en mi segundo libro “El dictador y sus demonios”. Sai Baba le hizo creer a los seis millones de seguidores en todo el mundo que él tenía la capacidad de fabricar anillo con sus manos o vomitar huevos de oro en sus ceremonias públicas. Maduro estaba convencido de esa capacidad y también de la protección que la aportaba el anillo. Desde entonces lo lleva siempre con él. Lo pueden ver en su mano derecha. Pero desde que perdió las elecciones lleva ahora una protección adicional. El anillo de Sai Baba ya no era suficiente. Ahora lleva, día y noche, una pulsera roja, en esa misma mano. ¿Y qué significa la pulsera roja? Bueno, en los mundos espirituales y de distintas corrientes hay una creencia generalizada de que la pulsera roja es una herramienta de protección frente a ataques y los peligros. En la santería, la pulsera roja de los orishas o las deidades suele ir combinado con otro color (roja y blanca si es Changó) y roja y negra si es Obatalá. Pero la ulsera roja de protección es universalmente aceptada como un instrumento o un amuleto contra los peligros, amenazas y malas energías. En el caso de Maduro, hemos visto a través de las fotografías como ha ido usando con el paso del tiempo una pulsera cada vez más gruesa. En agosto era rosada y después de perder las elecciones, ya fue roja. Aquí la vemos más delgada en octubre, más gruesa en diciembre y mucho más gruesa y con más nudos, que representan la protección, dos días antes de la fecha clave: 10 de enero de 2025. Desde diciembre, Nicolás Maduro también ventiló dos objetos que considera amuletos y talismanes no hay personales sino para todo su proyecto político. Se trata de la espada de Bolívar, que según su versión le fue regalada por familiares del prócer Rafael Urdaneta y el pendón de Francisco Pizarro, que además cuenta con una enorme carga simbólica que él mismo ha explicado en varios actos públicos.