Se Burlaron del Viejo Fumando en Pipa... Sin Saber que los Cazaba Hace Tres Días скачать в хорошем качестве

Se Burlaron del Viejo Fumando en Pipa... Sin Saber que los Cazaba Hace Tres Días

"La paciencia no es debilidad; es el arma más letal de un hombre que ha sobrevivido cuando todos los demás cayeron." El sol del mediodía caía implacable sobre Red Creek cuando tres jinetes entraron al pueblo levantando polvo. Reían a carcajadas, con esa arrogancia que solo tienen los hombres jóvenes que nunca han conocido la derrota. Sus cartucheras llenas, sus revólveres relucientes, sus sombreros nuevos. Habían asaltado la diligencia dos días atrás, dejando tres hombres muertos en el camino. Lo que no sabían era que alguien los observaba. Desde la sombra del porche del hotel, un anciano fumaba su pipa con calma. Cabello gris, barba de tres días, ropa gastada por años de uso. Parecía solo otro viejo cansado esperando que la muerte llegara por él. Los tres forajidos pasaron frente a él y uno señaló con el dedo, riendo. "¡Mira ese viejo! ¡Probablemente no puede ni levantar un revólver!" Sus compañeros estallaron en risas. El anciano no movió un músculo. Solo exhaló humo lentamente, sus ojos grises siguiendo cada movimiento de los tres hombres. Ojos que habían visto treinta inviernos en la frontera. Ojos que habían rastreado apaches, cazadores de búfalos, y bandidos más peligrosos que estos muchachos. Llevaba tres días siguiéndolos. Tres días esperando el momento preciso. Porque un hombre sabio no ataca cuando el enemigo espera. Ataca cuando el enemigo ha olvidado que hay alguien cazándolo. Y estos muchachos estaban a punto de aprender la lección más cara de sus cortas vidas.