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¿Por qué el clima en Bogotá cambia tanto en pocas horas?

Bogotá es una ciudad que nunca deja de sorprender, y una de las razones más evidentes es su clima. En un mismo día puedes experimentar sol, lluvia, viento frío y un atardecer espectacular, como si las estaciones del año pasaran una tras otra en pocas horas. Pero, ¿por qué sucede esto? ¿Qué hace que el clima de la capital colombiana sea tan cambiante, impredecible y único? La respuesta está en una combinación fascinante de factores geográficos, atmosféricos y hasta globales que convierten a Bogotá en un lugar especial en el mapa climático del mundo. Para empezar, Bogotá está ubicada a 2.640 metros sobre el nivel del mar, en la cordillera oriental de los Andes. Esta gran altitud provoca que el aire sea más frío y menos denso. Así, aunque Bogotá esté en una zona tropical cerca del ecuador —donde normalmente haría calor todo el año—, las temperaturas se mantienen templadas o frías. Es decir, el clima bogotano es una mezcla entre lo tropical y lo de alta montaña, algo poco común en otras ciudades del mundo. Pero la altura no lo es todo. Bogotá se encuentra en una especie de cuenca montañosa conocida como la Sabana de Bogotá. Esta formación geográfica actúa como una trampa natural para masas de aire, nubes y humedad, lo que genera inestabilidad constante. Las nubes se forman con rapidez, las lluvias pueden aparecer de forma repentina y el viento frío desciende de los cerros orientales sin previo aviso. Por eso, en cuestión de minutos, el cielo puede pasar de estar totalmente despejado a cubrirse de gris. Otro factor determinante son los vientos y corrientes atmosféricas que afectan la región. Desde el noreste, los vientos alisios traen aire húmedo del Caribe, mientras que desde el occidente llegan corrientes húmedas desde el océano Pacífico. Cuando estas masas de aire se encuentran y se elevan por las montañas, se enfrían y se convierten en nubes cargadas de lluvia. Este fenómeno se repite constantemente sobre Bogotá, generando un clima cambiante y difícil de predecir. A esto se suman los fenómenos climáticos globales, como El Niño y La Niña, que alteran los patrones de lluvias y temperatura en todo el país. En años de El Niño, Bogotá puede tener días más secos y soleados. En contraste, con La Niña, las lluvias se intensifican, los días grises se alargan y la ciudad parece sumergida en un eterno otoño húmedo. Por último, el crecimiento urbano, el cambio climático y la geografía interna de la ciudad también influyen. Algunas localidades, como Usaquén o Suba, son más frías por su cercanía a zonas boscosas. Mientras tanto, el centro y el sur pueden experimentar climas más templados. Todo esto hace que Bogotá tenga microclimas dentro de su propio territorio. En resumen, Bogotá tiene un clima tan variado porque vive en el punto exacto donde la montaña, el trópico y el cielo se cruzan. Es una ciudad donde cada día es diferente, y donde el clima se convierte en parte de su identidad, su cultura y su cotidianidad.