У нас вы можете посмотреть бесплатно Cuando el BILLONARIO se Emborrachó yo era la ÚNICA a la que Quería ESCUCHAR или скачать в максимальном доступном качестве, видео которое было загружено на ютуб. Для загрузки выберите вариант из формы ниже:
Если кнопки скачивания не
загрузились
НАЖМИТЕ ЗДЕСЬ или обновите страницу
Если возникают проблемы со скачиванием видео, пожалуйста напишите в поддержку по адресу внизу
страницы.
Спасибо за использование сервиса ClipSaver.ru
Le pedí a mi colega que me acompañara a un bar, solo para darme cuenta de que mi saldo bancario era insuficiente. Desesperada, me acerqué a un hombre apuesto en una de las cabinas. —Cúbreme por ahora, y te lo transfiero más tarde —le dije. El hombre fingió indiferencia. —Señorita, ¿nos conocemos? —preguntó. Le arrebaté el vaso de la mano. —No, no nos conocemos. —Pero, pregúntale a tu guardaespaldas, ¿cuántas veces ya me has molestado? Una pequeña ayuda en tiempos de apuro, ¿y no puedes devolver el favor una sola vez? El hombre parecía desconcertado, pero su guardaespaldas rápidamente alzó la mano para cubrirse el rostro. —Señor, es cierto. Cada vez que usted se emborracha, no deja que nadie se le acerque, excepto esta señorita. La he llamado varias veces para que nos ayude a llevarlo a casa. De verdad, fue nuestro último recurso. Cero Uno, el amigo que estaba sentado cerca de Ezequiel, se animó, prestando total atención. —¿En serio? Ezequiel se vuelve una fortaleza cuando está borracho. ¿Cómo alguien puede ser la excepción? Recuerdo una vez que Ezequiel estaba ebrio, e intenté ayudarlo a llegar a su habitación. Me rompió el brazo en un instante. —A mí también —dijo otro. Todos dicen que Ezequiel se transforma en un auténtico demonio cuando está borracho, cualquiera que se le acerque termina arrepintiéndose. Pero cuando era joven y temerario, pensé que sería divertido emborracharlo, solo para ver si podía con él. ¿El resultado? Fracturas en todo el cuerpo, y dos meses en el hospital. El médico dijo que era una especie de mecanismo extremo de autodefensa. —No confía en nadie cuando está borracho, así que ataca instintivamente a cualquiera que se acerque demasiado. —¿Qué tiene de especial esta mujer, que es la primera persona en quien confía en ese estado? —No lo creo, a menos que lo demuestre. Levanté una ceja y saqué mi teléfono. —Claro, pero primero, transfieran 50, y les muestro. Para mi sorpresa, alguien realmente sacó su teléfono y me transfirió los 50. El sonido familiar de una notificación de pago confirmó la transacción.