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"Angélicas milicias" de Manuel de Sumaya (1680-1755). El villancico Angélicas milicias, a 8 voces con violines, oboe, violoncello, viola y bajo continuo, ejemplifica de manera clara los nuevos elementos que incorporó Sumaya a la música de la Nueva España: el estribillo es cantado a dos coros, pero las coplas están confiadas a las voces solistas. El conjunto instrumental tiene también una concepción policoral: el oboe y el cello dialogan con el resto de las cuerdas de la misma manera que lo hacen los coros. Manuel de Sumaya o Manuel de Zumaya (Ciudad de México, 1680 — Oaxaca, 1755), fue un compositor, organista y maestro de capilla, que suele ser considerado el representante más prolífico del barroco musical en el continente americano y posiblemente el más famoso de entre los compositores mexicanos del periodo colonial de Nueva España. Fue autor de la primera ópera mexicana (segunda en América, siendo la primera La Púrpura de la Rosa, ópera peruana), La Parténope (1711) con un libreto que luego utilizaría en 1730 Georg Friedrich Händel para una ópera del mismo nombre. Alrededor del año de 1690 ingresó a la capilla musical de la Catedral de México como seise, bajo la tutela del maestro de capilla Antonio de Salazar. En poco tiempo se convirtió en la figura principal de la escolanía parroquial. Ello llevó al maestro de capilla Antonio de Salazar a pedir su tutela. En 1694, Sumaya pidió al cabildo catedralicio su despido, licencia y ayuda de costa3 para aprender órgano. El deán le otorgó treinta pesos de ayuda de costa ordinaria y entre cincuenta y sesenta pesos al año para vestuario clerical. Entonces fue enviado a estudiar con José de Idiáquez, uno de los mayores organistas de la Nueva España, con quien se perfeccionó en el clavicordio y el pianoforte. Además ingresó al coro con sobrepelliz y asistía a su maestro de órgano cuando éste tocaba el instrumento. El 10 de enero de 1700, el maestro Antonio de Salazar, solicitó al cabildo ser excusado de sus labores de enseñanza a los seises. A partir de ese momento, Manuel de Sumaya, fue designado para impartir la materia en la escoleta los lunes y jueves. En ese mismo año, 1700, Sumaya pidió al cabildo en sesión ordinaria se le perdonaran los intersticios para grados y corona. El cabildo siguió apoyando y alentando a Sumaya, al grado que resolvió su dispensa y que despachase, aclarándole que era necesario que cumpliera con los demás requisitos establecidos. Poco después, Sumaya fue nombrado organista adjunto en sustitución del organista semanero José de Idiáquez. Por las noticias que poseemos, la obra de Manuel se Sumaya debió haber sido muy abundante. De ella se perdió una gran parte. Actualmente existen diversos proyectos para rescatar su obra, principalmente la conservada en la Catedral de México y en la Catedral de Oaxaca. Estos no son los únicos repositorios, donde se han localizado obras suyas. Se han encontrado partituras suyas en diversas iglesias y colecciones desde los territorios novohispanos ahora pertenecientes a los Estados Unidos hasta los archivos de Guatemala. Sus obras denotan multiplicidad de estilo. Se le considera maestro tanto del antiguo estilo renacentista como del Barroco. En su obra está plasmada la modernidad de la era borbónica, manifiesta a través del nuevo lenguaje tonal, de la incorporación de arias y recitativos, del empleo de instrumentos de cuerda (violines, violas, celos) y de nuevos alientos (clarines, oboes), del uso de formas híbridas como las cantadas a solo que combinan elementos de la ópera italiana, del tratamiento ampliado de la policoralidad. LETRA: Albricias mortales que viene la Aurora, y la noche triste parte vergonzosa. ¡Oigan, oigan, oigan!, que las aves cantan con voces canoras, y a su luz saludan que despiertan sombras. ¡Oigan, oigan, oigan!. El ruiseñor diestro dulcemente entona, que esta Aurora bella los males mejora. ¡Oigan, oigan, oigan!. Que entona un jilguero con voz sonorosa, que el sol de justicia en la Aurora asoma. ¡Oigan, oigan, oigan!. Que el cielo y la tierra, los mares y rosas, hombres, peces, aves, este Oriente encomian. ~Coplas 1. La noche fue muy pesada, mas corrida y vergonzosa, viendo a esta Aurora de gracia, con tantas luces se asombra. 2. Si Eva fue la noche triste que al mundo causó congojas, aquesta Aurora es la causa del día feliz que se logra. 3. En el reloj de esperanzas, siglos se volvían las horas a los padres, mas ya el día lo trae tan sagrada Aurora. 4. Ya se sosegó la lucha de Jacob, pues que se asoma, esta Aurora que las paces anuncia de la discordia. Obra extraída del álbum: MEXICAN BAROQUE. Music from New Spain. Interpretan: Chanticleer, Chanticleer Sinfonia. Dirige: Joseph Jennings. TELDEC Classics International GMBH. DAS ALTE WERK. Música Virreinal, Música Colonial