У нас вы можете посмотреть бесплатно Se Casó con mi MEJOR AMIGA pero Casi se AHOGA Cuando Vió quién era mi MARIDO или скачать в максимальном доступном качестве, видео которое было загружено на ютуб. Для загрузки выберите вариант из формы ниже:
Если кнопки скачивания не
загрузились
НАЖМИТЕ ЗДЕСЬ или обновите страницу
Если возникают проблемы со скачиванием видео, пожалуйста напишите в поддержку по адресу внизу
страницы.
Спасибо за использование сервиса ClipSaver.ru
El amor se supone que es puro, hermoso y eterno. Pero, ¿qué pasa cuando las personas en las que más confías te traicionan de la peor manera imaginable? Cuando el amor de tu vida se marcha directamente a los brazos de tu mejor amiga. Nunca imaginé que mi mundo se rompería tan completamente. Tampoco pensé que encontraría una manera de convertir mi dolor en la venganza más impactante de todas. Déjame llevarte al inicio de todo, al momento en que el amor, la confianza y la traición chocaron de una manera que cambiaría mi vida para siempre. Durante mucho tiempo, creí que lo tenía todo. Una relación hermosa con mi novio, Daniel, con quien había estado durante cinco años. Habíamos construido una vida juntos, un amor tan profundo que estaba segura de que nada podría jamás tambalearlo. Y luego estaba mi mejor amiga, Liliana, mi alma gemela en la amistad, mi confidente, la única persona que conocía cada detalle de mi relación con Daniel. Éramos inseparables, los tres. Liliana siempre había estado ahí, riendo conmigo en mis momentos más felices y sosteniendo mi mano en los más difíciles. Era la persona en la que confiaba mis secretos más profundos, incluidos los planes que Daniel y yo teníamos para nuestro futuro. Nunca lo vi venir. La traición, las mentiras, la forma en que mi mundo se desmoronaría en un solo instante. Todo comenzó una tarde lluviosa, cuando Daniel llegó a casa actuando diferente. Distante, frío, su mirada, antes llena de afecto, se había vuelto vacía. Sus besos se sentían forzados, y su abrazo carecía del calor que antes anhelaba. Ignoré las señales, me convencí de que solo era estrés. Hasta que, una noche, mi teléfono vibró con un mensaje de Liliana. "Necesitamos hablar. Es importante." El nudo en mi estómago fue instantáneo. Había algo mal. Nos encontramos en nuestro café favorito, el mismo al que íbamos desde la universidad. Liliana se sentó frente a mí, sus manos temblaban mientras evitaba mirarme a los ojos. El momento en que finalmente habló, mi corazón se congeló.