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4 Recuerdos de Casetas Cuarta parte

Recuerdos de Casetas --Cuarta parte. Las Regachas Desde hacía mucho tiempo, los campos y las huertas habían disfrutado en Casetas de la Acequia Almozara que nace en azud del rio Jalón. Del Riego y de los distintos pequeños canales de riego, que en el pueblo llamábamos regachas. Las regachas partían del Riego, un canal más importante y que como su nombre indica servía (y sirve) para el regadío, parciamente canalizado y cubierto en su paso por el casco urbano desde hace tiempo. Las regachas repartían el agua en todas las direcciones, formando una red que se dirigía hacia los campos y huertas del pueblo y que con el tiempo han ido desapareciendo, así como los campos y las eras, dejando su sitio a las nuevas calles y viviendas. Una de esas regachas pasaba delante de mi casa, llena de agua cuando tocaba regar los campos. La mayor parte del año seca, donde no pasaba una gota de agua fuera de los días de riego, ya que el agua de lluvia, poco frecuente, aparte en el momento de las tormentas, se infiltraba en el fondo sin llegar hasta los campos. Entre dos regadíos las regachas se iban cubriendo de basura y de las cenizas que no habían sido esparcidas en los campos y que la gente indiferente tiraba en ellas. Y en el momento de la llegada del agua la corriente se abría difícilmente el paso a su pasaje. Sin embargo, ningún objeto reciclable no demoraba mucho tiempo en las regachas. Si alguien tiraba un objeto metálico, goma, papel o cartón, un adulto o un crio, se daba prisa de recogerlo, porque la venta de esos objetos o materias podían proporcionar algún dinero o naranjas. La madera, las ramas o cualquier otro combustible terminaban en el hogar de la cocina. Una o dos veces por semana un trapero ambulante pasaba por el pueblo con un tartana, cubierta de una lona impermeable... Que serbia de cobijo al trapero durante los largos desplazamientos y preservaba del sol las naranjas que el buen hombre nos trocaba contra las pequeñas cantidades de objetos y trapos que recogíamos los zagales. Tirada penosamente por un caballo o una mula, la tartana estaba divida en varios compartimentos superpuestos para triar los diferentes objetos reciclables. Periódicamente, todos los 10 ó 15 días... Me no recuerdo exactamente, las tajaderas del Riego se abrían durante día y noche, y el agua se repartía en las distintas regachas, para que los campesinos pudieran regar sus campos y huertas. Para más información ver mi blog sobre Casetas: dosrr09.skyrock.com