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En este episodio de La Fórmula conversamos con Luciano Lutereau, reconocido psicólogo, filósofo y escritor argentino, sobre temas centrales de la vida contemporánea: la fragilidad del ser humano, la diferencia entre chatear y hablar, y cómo las redes sociales transforman nuestras formas de vincularnos. Lutereau plantea que una de las grandes confusiones actuales es creer que el intercambio constante de mensajes equivale a comunicación real. Chatear, dice, es apenas superponer mensajes sin verdadera escucha ni construcción de intimidad. De allí surge la paradoja de muchas parejas o vínculos: hablan todo el día por WhatsApp pero, cuando se encuentran cara a cara, les cuesta sostener una conversación profunda. Otro punto clave de la charla es la noción de disponibilidad afectiva. No se trata de cuántas veces alguien se comunica, sino de la capacidad real de estar presente para el otro. Una persona puede hablar de amor pero no estar disponible, y en ese matiz se juega gran parte de nuestras experiencias relacionales. Lutereau también reflexiona sobre la fragilidad humana. Para él, el ser humano es imperfecto, vulnerable y frágil, y es justamente de esa imperfección de donde surgen tanto nuestras mayores miserias como nuestras máximas grandezas. Las venganzas, odios y resentimientos nacen de la intolerancia a lo imperfecto; pero, al mismo tiempo, de esa fragilidad surge la solidaridad, la fraternidad y la capacidad de crecer. La conversación aborda además un tema de gran actualidad: la intolerancia y la cultura de la cancelación. Vivimos en un mundo que, por un lado, celebra la diversidad y la libertad de elección, pero por otro, señala con dureza a quien no piensa igual. Lutereau lo explica desde el psicoanálisis: muchas veces proyectamos en otros lo que no queremos reconocer en nosotros mismos. Las redes sociales, con su lógica de masificación, potencian esta dinámica y nos convierten en jueces hostiles de desconocidos. Sin embargo, el psicólogo insiste en un punto: si pudiéramos ver las inseguridades, miedos y vulnerabilidades de quienes más nos molestan, nos resultaría difícil odiarlos. Porque en lo frágil nos reconocemos todos. La verdadera grandeza del ser humano está en poder mirar esa imperfección, aceptarla y transformarla en crecimiento. 👉 Una charla honesta y reflexiva sobre vínculos, comunicación, redes sociales, fragilidad y humanidad, que invita a pensar cómo queremos relacionarnos en estos tiempos de hiperconexión y al mismo tiempo de soledad.