У нас вы можете посмотреть бесплатно НА БОРТУ ПОЕЗДОВ-ПРИЗРАКОВ КЫРГЫЗСТАНА или скачать в максимальном доступном качестве, видео которое было загружено на ютуб. Для загрузки выберите вариант из формы ниже:
Если кнопки скачивания не
загрузились
НАЖМИТЕ ЗДЕСЬ или обновите страницу
Если возникают проблемы со скачиванием видео, пожалуйста напишите в поддержку по адресу внизу
страницы.
Спасибо за использование сервиса ClipSaver.ru
En un país donde las montañas devoran el paisaje y las carreteras serpentean como venas expuestas, los trenes de Kirguistán representan un eco distante de la era soviética. Con solo unos 420 kilómetros de vías en funcionamiento, el sistema ferroviario es modesto, operado por Kyrgyz Temir Zholu, la compañía estatal que hereda el legado de la extensa red de la URSS. Hoy, en 2025, solo un puñado de servicios sobreviven: el escénico trayecto a Balychy y la épica conexión con Moscú. Estos trenes evocan nostalgia por tiempos de grandeza, pero enfrentan un futuro precario, marcado por el deterioro y la dependencia de inversiones chinas que prometen renovación, aunque con sombras de deuda y dependencia. Durante la Unión Soviética, Kirguistán formaba parte de una red ferroviaria colosal que unía Asia Central con el corazón de Rusia, facilitando el transporte de algodón, uranio y mano de obra. Tras la independencia en 1991, esa red se fragmentó. Hoy, las líneas se dividen en dos ramas desconectadas: la norte, de 250 km desde la frontera kazaja hasta Balychy en el lago Issyk Kul, y la sur, de unos 170 km hacia Uzbekistán, inactiva desde los conflictos de 2010. Hoy solo unos pocos trenes de pasajeros circulan, con vagones oxidados de la era soviética –salvo un moderno coche panorámico en rutas turísticas–, a velocidades que rara vez superan los 50 km/h. El transporte de carga domina, pero incluso eso languidece ante la competencia de las carreteras y el aire. El más querido de estos supervivientes es el tren de verano de Bishkek a Balychy, un trayecto de 200 km que serpentea por cañones y pasos montañosos, considerado por entusiastas como uno de los más bellos del mundo. Opera de junio a septiembre, con salidas diarias en julio y agosto, y un solo coche panorámico con aire acondicionado que atrae a turistas rusos y kazajos. Cuesta apenas un dólar y toma 5-6 horas, ofreciendo vistas del lago Issyk Kul que convierten el viaje en una postal viva. Para locales este tren es un portal al pasado: En los 80, iban en familia a la playa; era rápido y seguro. Ahora, es lento, pero al menos los lleva al agua. Sin embargo, su futuro pende de un hilo: la línea se extiende hacia Kara-Keche para transportar carbón, pero sin mantenimiento, los rieles se deterioran, y el servicio podría convertirse en un tren fantasma si el turismo flaquea. El otro pilar es el tren internacional a Moscú, un odisea de tres días y 3.500 km que cruza Kazajistán. Sale de Bishkek dos veces por semana, llegando a la estación Kazanski con vagones que huelen a té fuerte y borsch. Para miles de migrantes kirguisos, es vital: transporta a quienes buscan trabajo en Rusia, enviando remesas que representan el 30% del PIB nacional. Para muchos pasajeros tomar el tren es como volver a la URSS; comparten historias, jugegan cartas. Sin él, no podrían viajar, volar sería un lujo que no nos alcanzan. Inaugurado en la era soviética, este tren evoca la unidad perdida, pero enfrenta retrasos crónicos y vagones obsoletos. En 2025, con tensiones geopolíticas, su continuidad depende de acuerdos con Rusia, que podrían verse afectados por sanciones o conflictos regionales. Estos trenes despiertan una nostalgia profunda entre generaciones mayores, que recuerdan la red soviética como símbolo de progreso y conexión. En estaciones como la de Bishkek, recientemente restaurada, los ancianos se reúnen a contar anécdotas de viajes interminables a Leningrado o Tashkent, cuando podían sentir que eran parte de algo grande. Pero para los jóvenes, es un recordatorio de estancamiento: el 90% de los kirguisos prefiere otros medios de transporte, dejando los trenes como reliquias polvorientas. Esta brecha genera melancolía colectiva, un lamento por la pérdida de esa era de igualdad relativa, ahora reemplazada por desigualdades postsoviéticas. El porvenir del ferrocarril kirguiso es sombrío sin intervención. La falta de fondos ha paralizado expansiones, como la abandonada línea Balychy - Abad en los 90, y el envejecimiento de la infraestructura amenaza cierres. Sin embargo, las inversiones chinas irrumpen como salvavidas ambiguo. El ambicioso ferrocarril China-Kirguistán-Uzbekistán (CKU), de 523 km y 8.000 millones de dólares, inició construcción en julio de 2025, con 260 km en territorio kirguiso. Parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, conectará Kashgar con Andijan, transportando 15 millones de toneladas anuales y cortando tiempos a Europa en una semana. #música #podcasts #vacaciones #calles #historia #trenes #informaciones #subidareciente 🌎 Subtítulos en portugués, italiano, alemán, francés, ruso e inglés. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS Todo el material que aparece en @daceygustavo © ("contenido") está protegido por derechos de autor. ALL RIGHTS RESERVED All material appearing on the channel @daceygustavo © ("content") is protected by copyright. 👇👇👇 COMENTA Y OPINA