У нас вы можете посмотреть бесплатно Tu Cuerpo Grita 'Bajo Valor': 5 Errores que Aniquilan tu Respeto (La Lección de Schopenhauer) или скачать в максимальном доступном качестве, видео которое было загружено на ютуб. Для загрузки выберите вариант из формы ниже:
Если кнопки скачивания не
загрузились
НАЖМИТЕ ЗДЕСЬ или обновите страницу
Если возникают проблемы со скачиванием видео, пожалуйста напишите в поддержку по адресу внизу
страницы.
Спасибо за использование сервиса ClipSaver.ru
Tu Cuerpo Grita 'Bajo Valor': 5 Errores que Aniquilan tu Respeto (La Lección de Schopenhauer) Entras a una sala. Puede ser una reunión de trabajo, una fiesta, un café donde te vas a encontrar con alguien. Y en los primeros tres segundos, antes de que abras la boca, antes de que digas una sola palabra inteligente o graciosa, ya fuiste juzgado. Evaluado. Categorizado. Y aquí está lo brutal que nadie te quiere decir: para esa mujer que te interesa, que captó tu atención desde el otro lado de la habitación, probablemente ya fuiste descartado. No importa tu currículum. No importa cuánto dinero tienes en el banco. No importa qué tan interesante es tu historia o qué tan buenas son tus intenciones. Porque ese juicio inicial no sucedió en la parte racional de su cerebro. Sucedió en un nivel mucho más primitivo, en el territorio del instinto puro. Y tu cuerpo acaba de transmitir una señal que su cerebro reptiliano interpretó como: "Este hombre no es digno de mi atención sexual." Sé que suena duro. Sé que probablemente estás pensando que exagero. Pero déjame preguntarte algo honesto: ¿Cuántas veces has sentido que una mujer te descartó antes de conocerte realmente? Como si hubiera una barrera invisible que nunca lograste cruzar. Empezaste bien, dijiste las cosas correctas, pero algo en su energía cambió. Se enfrió. Se distanció. Y tú te quedaste confundido, pensando qué diablos hiciste mal. La verdad incómoda es esta: no hiciste nada obviamente malo. Tu error fue mucho más sutil y devastador. Tu cuerpo tuvo una conversación con su instinto que tu mente consciente ni siquiera registró. Y en esa conversación silenciosa, tu cuerpo dijo las cosas equivocadas. Comunicó debilidad. Transmitió bajo estatus. Y una vez que su instinto detectó esas señales, todo lo que dijiste después se convirtió en ruido de fondo. Aquí está la gran mentira que te vendieron toda tu vida: que el respeto y la atracción se ganan con palabras, con lógica, con demostrar que eres un buen tipo. Te dijeron que si eres educado, si escuchas bien, si te muestras interesado, vas a ganarte su corazón. Pero eso es solo la mitad de la ecuación, y ni siquiera la mitad más importante. Porque mientras tú estabas preparando mentalmente qué decir, mientras ensayabas internamente cómo impresionarla con tu inteligencia o tu humor, tu cuerpo ya estaba teniendo una conversación completamente diferente con el subconsciente de ella. Y en la mayoría de los casos, esa conversación te está traicionando brutalmente. Y aquí es donde entra un filósofo que entendió esto mejor que nadie: Arthur Schopenhauer. Este hombre, hace más de doscientos años, reveló una verdad que la mayoría de la gente todavía no quiere aceptar. El intelecto, la razón, todo lo que consideramos nuestra parte "civilizada", es solo un sirviente de algo mucho más poderoso y primitivo. Él lo llamó la Voluntad. La Voluntad no le importa si eres un buen conversador. No le importa si tienes títulos académicos o si eres sensible con los sentimientos de los demás. La Voluntad solo se preocupa por una cosa: identificar fuerza, salud y poder. Porque evolutivamente, esas son las cualidades que garantizan supervivencia y descendencia fuerte. Y esa Voluntad se comunica a través del cuerpo, no del intelecto. Entonces, cuando una mujer te ve por primera vez, su mente consciente todavía no ha formado una opinión sobre ti. Pero su Voluntad, ese impulso primitivo que Schopenhauer describió con tanta precisión, ya está evaluando. Y lo hace analizando tu lenguaje corporal, tu postura, tus gestos microscópicos. Está buscando señales de fuerza o señales de debilidad. Y lo más devastador es que tú ni siquiera te das cuenta de las señales que estás enviando. Déjame contarte sobre Diego, un tipo que conocí en Santiago. Exitoso en su carrera, inteligente, con buenas historias para contar. Pero cada vez que entraba a una reunión social donde había mujeres atractivas, algo en su lenguaje corporal lo delataba. Sus hombros se encorvaban ligeramente, su mirada se volvía esquiva, sus manos buscaban refugio en los bolsillos. Y las mujeres, sin siquiera pensar conscientemente sobre ello, lo clasificaban como "no sexual" en segundos.