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Mina La Rica, Cabezas Rubias

Vamos a hacer una ruta a la única mina importante conocida en Cabezas Rubias, que probablemente comenzó su explotación a finales del siglo XIX y concluyó en los años sesenta del pasado siglo. Cabezas Rubias es una pequeña población del Andévalo, de poco más de 700 habitantes, si bien en 1950 llegó a contar con 1.830 habitantes. Esta es una zona históricamente despoblada por los litigios fronterizos con Portugal. No en vano, en el siglo XVII, la población fue completamente arrasada. Bajamos de Cabezas Rubias hasta un lugar conocido como la Junta, donde confluyen varias riveras que conformar la rivera del Malagón. Junto a esa desembocadura se encuentra la mina La Rica. Al parecer, se trataba de una mina polimetálica de donde, entre otras cosas, se extraía zinc, según me han referido en el pueblo. Allí trabajaban personas de Cabezas Rubias y de Santa Bárbara de Casa. Contaba con una estación de transformación eléctrica, algunas viviendas para trabajadores y un almacén de herramientas. La mina cuenta con dos pozos de acceso, ya que se trata de trabajos mediante galerías. Como en nuestra trayectoria no queremos perdernos ningún monumento de interés, salimos en dirección al Molino de la Divisa, en el puerto Colorado. Se trata del monte más próximo a la población. Por cierto, estos cerros colorados o rubios que rodean la localidad puede que fuese el origen del nombre de la villa. Otra teoría es que la primera edificación que se construyó fue la venta Rubia. Y una tercera teoría es que aquí se encontraba una villa romana llamada Ad Rubras, ya que por aquí pasaba la calzada romana que iba de Mérida al bajo Guadiana. La primera parte de ascenso al molino se encuentra recientemente empedrada, con unos bancos alrededor, además el sendero es frondoso, con abundante arboleda. Este sendero finaliza y proseguimos por un camino de tierra que sale muy cerca de la carretera, hasta un camino hormigonado y luego alquitranado de ascenso hasta las antenas de telefonía móvil y el molino. Una vez allí tenemos unas vistas impresionantes, de 360 grados, alrededor del cerro. De ahí vemos el coqueto pueblo de Cabezas Rubias y todos los campos del entorno. En el molino han habilitado también un merendero y una barbacoa. Bajamos luego del molino, cruzamos la carretera y conectamos con la vieja carretera a Cabezas Rubias. El paisaje que encontramos es un paisaje de dehesa andevaleña, nada que ver con el que encuentras un poco más allá, en Santa Bárbara de Casa, saturado de eucaliptos. Nos salimos de la vieja carretera por un camino que se encuentra a la izquierda. Nos vamos a encontrar con dos canteras que abastecían de piedra a las carreteras del entorno. Alguna persona nos indicó de forma errónea que se trataba de registros mineros. Enfrente de las canteras, se te fijas bien, encontrarás otro molino de viento, semiderruido, que no se ha restaurado. Este molino se encuentra en el denominado Cabezo Negro. Había cientos de molinos de Niebla a Portugal. Se construyeron sobre todo en el siglo XVIII, aunque los primeros molinos por la zona datan del siglo XIV. Seguimos bajando, encontramos algunas represas para el ganado y porteras. Y nos encontramos con el primer cauce fluvial importante de la ruta: el barranco Puerto de las Eras. No lleva mucho caudal y podemos sortearlo bien. A partir de aquí, empieza un camino natural ascendente bastante bonito. Continuamos bajando y muy cerca ya del arroyo Cañuelo o Carrascoso encontramos una portera, y a la derecha una antigua edificación de tapial, semi derruida, tan solo quedan los muros. Si te fijas a la izquierda, observarás un montículo árido que corresponde a la tierra extraída para construir un pozo: ahí se encuentra uno de los pozos de la mina La Rica. El otro está más abajo, pegado al arroyo, inundado, donde verás también una explanada donde debía cargarse el mineral. Para cruzar el arroyo Cañuelo tenemos que descalzarnos, porque lleva mucho caudal. Un poco más abajo, donde confluyen varios cauces fluviales, se forma la rivera Malagón, pero no queremos acercarnos para no alargar demasiado la ruta. La rivera Malagón, como bien sabes, desemboca en el Guadiana después de pasar por la presa del Andévalo, de 600 hectómetros cúbicos, la tercera más grande de Andalucía, y por la presa del Chanza, de unos 300 hectómetros cúbicos.