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Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la tregua de aranceles de 90 días a todos los países menos a China. #MonólogodeAlsina #DonaldTrump #China #aranceles #Alemania #Másdeuno #CarlosAlsina 🔗 Más de uno, en ondacero.es: https://www.ondacero.es/programas/mas... Por la noche presumió, groseramente, de que los gobiernos de los demás países le estaban "kissing my ass". Eso es, con perdón, besando el culo. Por la mañana fue él quien reculó. O sea, marcha atrás, con su kissed ass incluido. Donald Trump el infalible, el que tiene soluciones simples para todo, el sanador de la economía estadounidense, el audaz negociador que tenía al resto del mundo suplicándole anunció anoche que congela sus famosos aranceles recíprocos que de recíprocos no tenían nada. Salvo para China, que ahí está decidido a romper la baraja, al resto de los países afectados les ha concedido magnánimo una tregua de tres meses para negociar a cuánto ascienden las nuevas tarifas. Negociar, sí, olvidarse de poner aranceles, no parece. Por la mañana fue él quien reculó. O sea, marcha atrás, con su kissed ass incluido Desde que se apareció en los jardines de la Casa Blanca con las tablas de la ley (del más fuerte) —el cartelón aquel de charlatán de crecepelo— han estado los demás países —y la Unión Europea— intentando saber si había margen para evitar que el trompazo se consumara. Cuarenta y ocho horas de hemorragia consecuencia del empecinamiento De haber confirmado el lunes, cuando se publicó aquel tuit, que el plan, en efecto, era parar las máquinas noventa días Trump le habría ahorrado a los accionistas de las grandes compañías un buen puñado de dólares en pérdidas. Las bolsas que estaban abiertas entraron en modo euforia anoche, están de celebración las bolsas asiáticas toda esta madrugada y lo estará el Ibex 35 en cuanto Madrid abra esta mañana. Se sienten vencedores los analistas que venían sosteniendo que Los aranceles contra China Con la Unión Europea se ha avenido Trump a negociar; la Unión Europea pidió al régimen chino frialdad y negociación; pero China ha elegido esta espiral de acción-reacción que convierte la guerra arancelaria en un duelo al sol entre dos caudillos, Trump y Xi Jinping, el primero aupado al poder por la mayoría de los estadounidenses en elecciones libres y el segundo, hijo de las componendas del aparato del Partido Único. El sentido del viaje —lo hemos contado— es reivindicar el entendimiento con China —y las inversiones chinas— frente a la mayoría de gobiernos europeos que recelan de una dependencia mayor de una potencia que es aliada de Rusia, y de Irán, y se rige por un sistema político que es el opuesto a los principios que inspiran la Unión Europea: democracias representativas, pluralidad de partidos, derechos ciudadanos, contrapoderes, higiene de la administración, competencia real y transparencia en las ayudas públicas y las subvenciones. Va a tener que esforzarse el presidente Sánchez para ser visto como un constructor de puentes y no como alguien que ha elegido bando: con China y contra Estados Unidos Recrudecidas las hostilidades entre Trump y Xi, el viaje del presidente Sánchez se convierte en material inflamable. El ministro de Hacienda estadounidense, de apellido Bessent, debe de estar muy pendiente de nosotros porque ayer nos puso como ejemplo de política equivocada. Alinearse con China es ponerse en sus manos y alimentar su sistema insaciable de producción a bajo precio. Ésta es la tesis del gobierno Trump, con la que no está de acuerdo, lógicamente, el gobierno español pero con la que sí sintonizan otros gobiernos europeos. Aunque eviten usar esa expresión tan sangrienta de cortarse el cuello. Conservadores y socialistas han pactado un programa de gobierno que incrementa la deuda pública y baja impuestos, aumenta la inversión en Defensa y endurece la política migratoria. El primer ministro conservador tendrá una vicepresidencia socialdemócrata y entrega a este partido las carteras de Economía y Defensa. Todo esto es inimaginable en España, lo sabemos. Imagina un Feijoo ganador de las elecciones que gobierna en coalición con el PSOE, tiene de vicepresidenta, qué te digo yo, a María Jesús Montero, de ministra de Defensa a Margarita Robles y de ministro de Economía a Carlos Cuerpo. Que no, que no lo imagines. Ya te he dicho que es inimaginable. Es un tópico en los discursos de los políticos triunfantes la frase ‘hemos vuelto’. No ha habido uno que no lo haya usado. ‘El PSOE ha vuelto’, dijo Rubalcaba. ‘El PP ha vuelto’, dijo Feijoo. ‘América ha vuelto’, dijo Trump. ‘Podemos ha vuelto’, predican los Iglesias-Montero. El último en apuntarse al tópico ha sido el inminente primer ministro de Alemania, colega de Feijoo (del PP europeo), Friederich Merz. ‘Alemania ha vuelto’. El resto de la Unión Europea aguarda acontecimientos.