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Hay batallas que definen épocas. El Deutsche Tourenwagen Meisterschaft de los años noventa fue el escenario donde se escribió una de las sagas más emocionantes del motorsport clásico: la guerra entre el Alfa Romeo 155 V6 TI y el Opel Calibra V6 DTM. Dos filosofías y una sola obsesión por la victoria. Corría 1993 cuando Alfa Corse llegó a Zolder con una máquina que nadie esperaba. Bajo la dirección de Giorgio Pianta, el equipo italiano había gestado un monstruo de tracción trasera que rompía todas las reglas del DTM. Los italianos aparecieron con un V6 de 2.5 litros atmosférico basado en el PRV que gritaba a más de 11.900 revoluciones. Nicola Larini se coronó campeón ese año destrozando el orgullo germano en su propia casa, y Alessandro Nannini se llevó el subcampeonato. Dos italianos arrasando el DTM con un Alfa que parecía salido del futuro. Pero Alemania no iba a quedarse de brazos cruzados. Opel respondió con furia en 1996, cuando el campeonato mutó hacia el ITC y las reglas permitieron la llegada de tecnología salida de la Fórmula 1. El Calibra V6 que construyó el equipo Rosberg junto a la ingeniería de Opel Motorsport era una bestia completamente distinta. El bloque V6 Cosworth alcanzaba las 11.600 revoluciones por minuto. Manuel Reuter lo pilotó hasta el título ese mismo año, demostrando que los alemanes también sabían construir leyendas cuando se les desafiaba en casa. El Alfa Romeo 155 V6 TI pesaba apenas 1.040 kilos y desarrollaba más de 420 cv en su configuración de 1993. Su chasis rígido, casi de prototipo, permitía una transferencia de carga brutal que convertía cada curva rápida en un espectáculo de física pura. Alfa Corse trabajó con ingenieros como Sergio Limone y perfeccionaron el bastidor hasta límites casi ilegales. Era un coche con alma italiana: agresivo, ruidoso, técnicamente imperfecto pero emocionalmente perfecto. El Opel Calibra V6 DTM llegó más tarde pero con hambre de revancha. Su motor V6 de 2.5 litros entregaba cerca de 500 cv. Joest Racing y Team Rosberg convirtieron un cupé de tracción delantera en una máquina capaz de plantar cara al dominio absoluto de Mercedes en circuitos como Hockenheim y Nürburgring. Ese año, Opel demostró que el DTM no solo era territorio de las tres puntas. Esta rivalidad entre Alfa Romeo 155 V6 TI y Opel Calibra V6 DTM no fue solo una guerra técnica. Fue un choque cultural entre la pasión italiana y la ingeniería alemana. Entre Larini y Reuter. 🎵 Music by Karl Casey @ White Bat Audio: / @whitebataudio 🟨 Para apoyar la continuidad del canal puedes unirte a Patreon y disfrutar de CONTENIDO EXCLUSIVO: / evo_master ✅ Sígueme para más contenido: 🔹Instagram: evo__master 🔹Twitter: evo__master 🔹TikTok: evo__master 📥Contacto: [email protected]