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La tristeza y la depresión aparecen cuando quedamos atrapados en pensamientos que nos alejan del presente y de nuestra verdadera esencia. En este vídeo descubrirás 10 enseñanzas budistas que te ayudarán a no sentirte nunca triste o deprimido. Antes de empezar, dale like al vídeo y suscríbete al canal para no perderte nada. Enseñanza 1 – Todo es impermanente. La impermanencia es una de las verdades más profundas de la vida. Todo lo que existe está en constante transformación: el día se convierte en noche, las estaciones se suceden y cada instante es distinto al anterior. Aceptar esta realidad nos permite dejar de luchar contra lo inevitable. Cuando comprendemos que nada dura para siempre, aprendemos a soltar el apego que tanto nos hace sufrir. Incluso la tristeza, que a veces parece interminable, está sujeta al cambio. Ninguna emoción es eterna, porque todo surge, permanece un tiempo y finalmente se disuelve. Recordar esto nos da esperanza en los momentos oscuros. Saber que el dolor también es pasajero abre espacio a la confianza y a la calma. El budismo enseña que aferrarse a lo que cambia es la raíz del sufrimiento. Queremos que lo agradable dure para siempre y que lo desagradable desaparezca de inmediato. Pero la vida no sigue nuestros deseos; tiene su propio ritmo. Al aceptar este fluir, nos liberamos de la frustración y caminamos con mayor ligereza. La impermanencia también es una invitación a valorar más intensamente lo que tenemos ahora. Como sabemos que nada se repite exactamente igual, cada instante se convierte en un tesoro único. Una sonrisa, un abrazo o una palabra amable cobran más sentido cuando comprendemos que quizá no vuelvan a darse de la misma forma. Aceptar el cambio no significa resignación, sino apertura. Es aprender a fluir con la corriente de la vida en lugar de resistirla. Igual que un río no se detiene, nuestras experiencias siguen su curso. Al confiar en ese movimiento, descubrimos que cada transformación trae consigo nuevas posibilidades de crecimiento. La ligereza surge cuando dejamos de cargar con la ilusión de que todo puede permanecer igual. El apego nos encadena, pero la aceptación nos libera. Al soltar, encontramos espacio para la serenidad. La mente se aquieta porque ya no lucha por controlar lo incontrolable. La esperanza también nace de la impermanencia. Así como el dolor se transforma, la alegría puede aparecer en cualquier momento. Comprender esto nos da confianza en que la vida siempre se renueva. Incluso después de las noches más largas, el sol vuelve a salir. Esta certeza nos sostiene en los momentos de dificultad. La impermanencia es visible en la naturaleza. Las flores florecen y se marchitan, las hojas caen y vuelven a brotar, las nubes se forman y se deshacen. Observar estos ciclos nos ayuda a interiorizar que somos parte de ese mismo ritmo. Nada permanece fijo, y en ese fluir descubrimos la belleza de la existencia. Dormir con la conciencia de que todo cambia aligera la mente. Ya no cargamos con preocupaciones eternas ni con dolores inamovibles. Nos entregamos al descanso con la certeza de que mañana será distinto. Este entendimiento convierte la noche en un refugio de confianza y calma. El budismo nos recuerda que la impermanencia no debe asustarnos, sino inspirarnos. Si todo fuera fijo, no habría espacio para aprender ni para mejorar. El cambio es la oportunidad constante de transformarnos y evolucionar. Cada día es un nuevo comienzo gracias a esa verdad universal. Incluso nuestras relaciones están marcadas por la impermanencia. Las personas entran y salen de nuestra vida, los vínculos se transforman, los afectos cambian. Aceptar esto nos ayuda a vivir con más amor y gratitud, porque sabemos que cada momento compartido es irrepetible. Todo es impermanente, y en esa verdad encontramos libertad. Nada se queda igual para siempre, y esa certeza nos enseña a soltar con confianza, a vivir con mayor ligereza y a esperar con serenidad lo que está por venir. La impermanencia, lejos de ser un peso, es el recordatorio de que siempre hay posibilidad de renacer. #budismo #enseñanzasbudistas #sabiduríabudista